La expedición del Santiago. El primer y calamitoso intento.

12 de noviembre de 1524

Al mando de Pizarro se embarcan ciento doce (112) hombres en el navío llamado Santiago, que por su prestancia, más bien escasa, era conocido como el Santiaguillo.

Las escalas importantes son la Isla de las Perlas, donde recogieron agua, hacer aguada, La isla de las piñas, por la abundancia de dicha fruta y a continuación arribaron a un puerto que llamaron del Hambre, Puerto del Hambre, lo que ya nos indica cual había de ser la tónica de esta primera intentona.

A partir de ese momento la forma de resistencia que emplearon los nativos, no fue el enfrentamiento directo, sino la retirada aplicando la táctica de la tierra quemada, es decir, dejaron sin alimentos a los españoles que empezaron a sufrir los efectos del mismo en forma de muertes de numerosos integrantes. Situación que se agravaba por el acoso constante que esos mismos nativos imponían a los expedicionarios. (Véase más adelante)

Pizarro, ante esta situación, decide enviar el Santiaguillo a la isla de las Perlas para reabastecimiento. La espera, que se suponía de una semana, se alargó a cinco, encontrando a los hombres al borde de la desesperación con numerosos muertos por inanición. Recordemos que en la biografía de Pizarro, ya hubo de resistir en una situación igualmente desesperada.

Marzo de 1525

Recuperados de tantas penalidades se decide la continuidad de la expedición que arriba al que llamaron primero Poblado de las Piedras,  por la empalizada pétrea que lo protegía. Se encontraron con idéntica respuesta de tierra quemada y acoso de los indígenas que causaron muertos y heridos, entre estos últimos el mismo Francisco Pizarro. Abandonaron el lugar no sin antes incendiar el poblado por lo que pasó a llamarse Puerto Quemado.

Arribaron al puerto de Cochama y no llegaron a verse con el barco que Diego de Almagro había fletado con más de sesenta hombres de refuerzo y alimentos. Recordemos que inicialmente Almagro quedó en Panamá. Con ese barco, el San Cristóbal, Almagro se llegó hasta Puerto Quemado, donde el recibimiento fue todo lo hostil que podía esperarse. En los enfrentamientos, Almagro fue herido gravemente en un ojo, que perdió quedando tuerto. Se dice que la rápida intervención de un esclavo negro le salvó la vida.

Decidieron el regreso y por fin se reencuentra con Pizarro en Cochama. Este concluye que el regreso a Panamá es la única opción razonable.

Panamá. Pedrarias enfadado. Una conclusión.

Anotemos para empezar que en este regreso no participó Pizarro que quedó en Cochama, porque, dice el profesor Mira Caballos, página, no quiso acentuar con su presencia la sensación de fracaso absoluto (Pág. 95).

Almagro informa a Pedrarias Dávila del fracaso económico lo que enfurece a ese tipo del que nunca nadie habló bien, que tras devolverle mil pesos de oro (él exigía inicialmente cuatro mil) se desentendió de la aventura.

La expedición fue un fracaso sin matices.

El saldo de la misma fue la muerte de tantos hombres que con toda seguridad se superó el treinta por ciento. Solo muertes.

Sin embargo, sin casi solución de continuidad se inició la segunda expedición, que veremos en el capítulo siguiente. 

 

 

 

 

 

Mapa sencillo pero claro del recorrido de Pizarro en el primer intento expedicionario. Sirva el enlace como crédito.