Historia americana Machu Pichu

EL IMPERIO INCA O TAWANTINSUYO

Área geográfica

Map of the Inka Empite

En su momento de máxima extensión alcanzó los cinco mil kilómetros de longitud en un área de 1.800.000 kilómetros cuadrados.

Estaba dividido en cuatro regiones o suyos, eso significa tawantinsuyo.

Ámbito temporal

El origen de los incas se remonta al siglo XII .

Con Huayna Capac (1493-1525) se cerró el ciclo de las grandes conquistas incas, interrumpido bruscamente por la presencia europea en Centroamérica, cuyas enfermedades se adelantaron a los conquistadores y terminaron con la vida del inca..

Época de máxima expresión entre 1400 y 1534.

Idioma

El Quechua del Tawantinsuyo:

  • Lengua franca del imperio: El quechua, en sus diversas variantes, fue la lengua franca o idioma oficial del Tawantinsuyo (Imperio Inca). Si bien existían muchas otras lenguas en el vasto territorio imperial, el quechua se promovió y difundió para facilitar la administración, la comunicación y la cohesión entre los diferentes pueblos conquistados.
  • Origen y expansión: Aunque el origen exacto del quechua es un tema de debate lingüístico, se cree que surgió en la región central de los Andes peruanos. Con la expansión del Imperio Inca desde su núcleo en Cusco, el quechua se extendió rápidamente hacia el norte, hasta lo que hoy es el sur de Colombia, y hacia el sur, abarcando partes de Ecuador, Bolivia, y el norte de Argentina y Chile.
  • Variedad y prestigio: No existía un único «quechua inca» monolítico. Más bien, había un conjunto de dialectos o variedades regionales del quechua que se hablaban en todo el imperio. El quechua hablado en la región de Cusco, la capital del imperio, gozaba de un prestigio especial y era la lengua de la administración y la élite incaica, aunque los nobles también podían hablar otras lenguas.
  • Características: El quechua es una lengua aglutinante, lo que significa que añade sufijos a las raíces de las palabras para expresar diferentes significados gramaticales (tiempo verbal, persona, número, caso, etc.). Era una lengua oral, y aunque los incas desarrollaron un complejo sistema de cuerdas anudadas llamadas quipus para registrar información numérica y quizás narrativa, no tenían un sistema de escritura alfabético como el que conocemos hoy.
  • Legado: El quechua sigue siendo una lengua viva hablada por millones de personas en los Andes actuales. Aunque ha evolucionado y se ha diversificado en numerosas variedades, muchas de las cuales tienen influencias del español, conserva una rica historia y un importante legado cultural del Tawantinsuyo. El estudio del quechua moderno proporciona valiosas pistas sobre la lengua que se hablaba en el imperio incaico.

El Idioma Pukina:

  • Lengua de la élite incaica (hipótesis): Existe una hipótesis interesante, aunque no completamente probada, que sugiere que el pukina podría haber sido una lengua secreta o de prestigio hablada por la nobleza inca, paralela al uso más generalizado del quechua.
  • Evidencia lingüística: Esta hipótesis se basa en el análisis lingüístico de ciertos términos y nombres propios que aparecen en las crónicas coloniales y que no parecen tener una etimología clara en quechua o aimara, las otras dos lenguas andinas importantes de la región. Algunos investigadores han encontrado posibles conexiones entre estas palabras y el idioma pukina, que se habló en una región más restringida alrededor del lago Titicaca antes de la expansión del quechua.
  • Carácter secreto o ritual: Si el pukina fue utilizado por la nobleza inca, podría haber tenido un carácter de lengua secreta, ritual o de distinción social, utilizada en contextos ceremoniales o dentro de la corte imperial. Esto explicaría por qué no fue tan difundida como el quechua.
  • Desaparición: El idioma pukina se extinguió en el siglo XX. El conocimiento que tenemos de él proviene principalmente de documentos coloniales, vocabularios y el análisis de su influencia en otras lenguas andinas.
  • Debate académico: La idea de que el pukina fue la lengua de los nobles incas sigue siendo un tema de debate entre los lingüistas e historiadores andinos. Aunque hay evidencias que sugieren una conexión especial del pukina con ciertos aspectos de la cultura incaica, no hay una prueba definitiva de que fuera su lengua exclusiva o secreta. Es posible que los nobles incas fueran bilingües o multilingües, utilizando el quechua para la administración y la comunicación general, y quizás el pukina para contextos más específicos o como un marcador de identidad de élite.

En resumen, el quechua fue la lengua franca del Tawantinsuyo, hablada por la mayoría de la población y utilizada para la administración del imperio. El pukina, por otro lado, podría haber sido una lengua hablada por la nobleza inca, posiblemente con un carácter secreto o de prestigio, aunque esta hipótesis aún se debate en el ámbito académico. Ambas lenguas son importantes para comprender la historia lingüística y cultural del antiguo Imperio Inca.

La sociedad inca se caracteriza, como es norma de la época y del tipo de sociedades que estamos analizando, por su rígida estructura estamental.

Esta sociedad estamental estaría conformada por la élite nobiliaria y el estrato popular.

La élite incaica

La realeza

El sapa inca

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Este grupo social situado en la cúspide de la escala social, estaba formado por el emperador, al que se llamaba  ‘Sapa inca’ (divino inca) o Intip Churin es decir «Hijo del Sol». El sapa inca, vivía rodeado de las maximas atenciones y lujos, que se manifestaban en los alimentos que ingería y los delicados vestidos con los que se adornaba. Recibía todos los cuidados. Se le cuidaba hasta después de muerto, quiere decirse que la momificación era habitual y estas momias tenían tal consideración que incluso se les pedía consejo.

La Coya

Es la primera de las mujeres, única esposa legítima del emperador Sapa Inca y quien dirige en su ausencia el gobierno de la capital Cuzco. También organiza en caso de necesidad las ayudas a los damnificados, en caso de grandes catástrofes.

La Coya: Esposa Legítima del Sapa Inca

  • Título y Distinción: «Coya» (en quechua: quya) era el título reservado para la esposa principal y legítima del Sapa Inca, el gobernante supremo del Tawantinsuyo. Este título la distinguía de las otras mujeres de la familia imperial y de las esposas secundarias que el Inca podía tener.
  • Linaje y Pureza de Sangre: Generalmente, la Coya era elegida entre la nobleza cuzqueña, y a menudo era la hermana del propio Inca. Esta práctica, aunque pueda parecer endogámica, tenía como objetivo principal mantener la pureza del linaje real y asegurar la legitimidad de los herederos. Se consideraba que tanto el Inca (hijo del Sol, Inti) como la Coya (hija de la Luna, Quilla) descendían directamente de las divinidades tutelares.
  • Rol Político y Administrativo: La Coya no era solo una consorte real; desempeñaba un papel significativo en la política y la administración del imperio.
    • Cogobernante: En ausencia del Inca, la Coya podía dirigir el gobierno de la capital, Cusco.
    • Supervisora: Tenía la responsabilidad de supervisar la administración de las acllahuasi o «casas de las escogidas», donde se preparaban mujeres dedicadas a tareas religiosas y domésticas importantes para el estado.
    • Mediadora: Podía interceder en asuntos de estado y actuar como consejera del Inca.
    • Organización de Ayuda: En casos de desastres o calamidades, la Coya tenía un papel en la organización de la ayuda para los damnificados.
  • Rol Religioso y Simbólico: La Coya era una figura venerada, casi como una deidad, especialmente en ceremonias y rituales.
    • Representación: Simbolizaba la Madre Tierra (Pachamama), la fertilidad y la protección espiritual del imperio.
    • Participación en Ceremonias: Encabezaba séquitos femeninos en importantes ceremonias religiosas, como el Coya Raymi, una festividad dedicada a la Luna y, por extensión, a la Coya.
  • Poder e Influencia: La Coya ostentaba un gran poder e influencia dentro del Tahuantinsuyo. Su posición como esposa del Inca y su conexión divina le otorgaban una autoridad considerable. Su elección también podía influir en la reorganización de la élite de Cusco.
  • Legado: La figura de la Coya perduró en la memoria colectiva y en las crónicas coloniales, destacando el importante rol de la mujer en la sociedad andina prehispánica.
Las panacas (o panakas).

En la sociedad incaica, las panacas (o panaka en quechua) eran linajes nobiliarios formados por los descendientes de cada inca gobernante, excepto su heredero directo. Eran estructuras fundamentales en la organización social, política y religiosa del Tahuantinsuyo.

¿Qué funciones cumplían las panacas?

  1. Conservaban la memoria del inca fallecido
    Se encargaban del culto a su momia (mallki) y de preservar su legado político y espiritual. Los incas consideraban que la muerte no interrumpía la autoridad del gobernante, por lo que su linaje seguía gestionando sus bienes y ceremonias.

  2. Administraban sus bienes y propiedades
    Aunque el heredero recibía el poder, no heredaba las posesiones de su padre. Por tanto, la panaca del inca fallecido conservaba tierras, palacios, servidores y recursos que seguían funcionando bajo su nombre.

  3. Ejercían poder político
    Las panacas formaban parte de la aristocracia cuzqueña. Sus miembros ocupaban altos cargos en la administración y podían influir en la elección del nuevo inca. Era una especie de nobleza corporativa.

  4. Residían en Cuzco
    Cada panaca tenía un palacio propio en Cuzco y un conjunto de tierras de explotación. Las panacas más importantes pertenecían a los incas del período imperial.

¿Cuántas panacas existieron?

Tradicionalmente se reconocen doce panacas reales, correspondientes a los doce incas legendarios y históricos hasta Huayna Cápac. Con Atahualpa se rompe esta estructura, ya que su ascenso al poder no se ajustó a las normas tradicionales del Cuzco.

El heredero

El Auqui (en quechua: Awki) era una figura fundamental en la estructura nobiliaria incaica, representando al príncipe heredero del Sapa Inca. Su rol y posición eran de gran importancia para la continuidad y estabilidad del imperio. Aquí te presento los aspectos más relevantes:

El Auqui: Príncipe Heredero del Sapa Inca

  • Título y Reconocimiento: El título de Auqui designaba específicamente al hijo varón del Sapa Inca elegido como su sucesor. Aunque el Inca podía tener muchos hijos (habidos con la Coya y con otras mujeres), el Auqui era aquel que se distinguía y era preparado para el futuro liderazgo.
  • Elección, no primogenitura automática: A diferencia de otras monarquías, la sucesión incaica no siempre se basaba estrictamente en la primogenitura. El Sapa Inca tenía la potestad de elegir a su sucesor entre sus hijos varones, considerando sus habilidades, inteligencia, valentía y capacidad para gobernar. Esto permitía que el imperio fuera liderado por el más competente, en opinión del Inca reinante.
  • Correinado y Preparación: Una práctica común era el correinado, donde el Auqui gobernaba junto a su padre durante un período. Esto permitía al príncipe heredero adquirir experiencia en la administración del imperio, conocer los entresijos del poder, ganarse el respeto de la nobleza y consolidar su posición como futuro Inca.
  • Símbolos de distinción: El Auqui gozaba de ciertos privilegios y símbolos de distinción, aunque no siempre los mismos que el Sapa Inca. Se le representaba a menudo junto a su padre en ceremonias importantes y podía portar insignias que lo identificaban como el futuro gobernante.
  • Rol militar y administrativo: El Auqui a menudo participaba activamente en la administración del imperio y en campañas militares, demostrando sus capacidades de liderazgo y ganándose la lealtad del ejército y de los funcionarios.
  • Ubicación en la Panaca: El Auqui ocupaba un lugar preeminente dentro de su panaca (linaje real), aunque no siempre era el jefe de la misma mientras el Inca vivía. Su panaca jugaría un papel crucial en su ascenso al poder y en el mantenimiento de su linaje una vez que se convirtiera en Sapa Inca.
  • «Auquis» en sentido amplio: Es importante mencionar que, en un sentido más amplio, el término «auqui» también podía referirse a otros príncipes o nobles de linaje real, aunque el «Auqui» con mayúscula era específicamente el heredero.
  • Legado y transición: La figura del Auqui era vital para asegurar una transición de poder relativamente pacífica tras la muerte del Sapa Inca. Sin embargo, la elección no siempre era aceptada por todos, y en ocasiones podían surgir conflictos y luchas por la sucesión entre diferentes претенденты al trono.
  •  La tradición del ‘Auqui’ fue instaurado por Pachacutec, fundador de Machu Picchu. Su hijo Túpac Yupanqui fue el primer «auqui»
El Willaq Uma (también escrito Vila Oma o Villac Umu) era una figura de enorme poder e influencia en la sociedad incaica prehispánica. Se trataba del sumo sacerdote, el principal líder religioso del Imperio del Tawantinsuyo, solo superado en autoridad por el propio Sapa Inca. Su rol abarcaba múltiples aspectos de la vida incaica:

Los Ayllu Hatun Runa

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El estrato popular en la sociedad incaica estaba constituido principalmente por los Ayllu Hatun Runa (quechua: hatun runa significa «hombre grande» o «gente común»). Este era el grupo social más numeroso y la base sobre la que se sustentaba toda la estructura del Imperio del Tawantinsuyo.
  • La base de la sociedad: Los Ayllu Hatun Runa eran los campesinos, artesanos y la población trabajadora del imperio. Constituían la gran mayoría de la población y eran la fuerza laboral que sostenía la economía y el funcionamiento del Tawantinsuyo.
  • Organización en Ayllus: Su vida social y económica estaba organizada en ayllus, que eran comunidades parentales o clanes extendidos que compartían un territorio ancestral (marca), trabajaban la tierra de forma colectiva y se ayudaban mutuamente en diversas tareas. El ayllu era la unidad fundamental de la sociedad incaica.
  • Trabajo y tributo: La principal obligación de los Hatun Runa era el trabajo. Dedicaban la mayor parte de su tiempo a la agricultura en las tierras del ayllu y en las tierras del estado y del sol. También realizaban trabajos artesanales, construcción de caminos, puentes y edificios públicos, y participaban en la mita, el sistema de trabajo rotativo obligatorio para el estado. A través de este trabajo, tributaban al Inca y al sostenimiento del imperio.
  • Acceso a la tierra: Los Hatun Runa tenían acceso a la tierra dentro de su ayllu, la cual era distribuida periódicamente por los líderes locales (curacas) en función de las necesidades de cada familia. Sin embargo, la propiedad última de la tierra era del Inca.
  • Obligaciones comunitarias: Además del trabajo para el estado, los Hatun Runa tenían obligaciones dentro de su ayllu, como la ayuda mutua (ayni) en la construcción de viviendas, la siembra y la cosecha, y la participación en festividades y rituales comunitarios.
  • Vida sencilla y regulada: Su vida era relativamente sencilla y estaba fuertemente regulada por el estado. Los funcionarios incaicos supervisaban la producción agrícola, la distribución de recursos y el cumplimiento de las obligaciones laborales.
  • Movilidad limitada: La movilidad geográfica de los Hatun Runa era limitada. Generalmente, vivían y trabajaban en las tierras de su ayllu y solo se desplazaban por motivos de trabajo en la mita o por obligaciones militares.
  • Sin privilegios: A diferencia de la nobleza, los Hatun Runa no gozaban de privilegios especiales. Estaban sujetos a las leyes y las obligaciones impuestas por el estado incaico.
  • Diversidad de roles: Dentro de los Hatun Runa, existía cierta diversidad de roles y especializaciones. Algunos eran principalmente agricultores, mientras que otros podían ser artesanos (tejedores, alfareros, etc.) o estar especializados en otras tareas. Sin embargo, la mayoría compartía la obligación fundamental del trabajo para el sostenimiento del imperio.

En resumen, los Ayllu Hatun Runa eran el pilar fundamental de la sociedad incaica. Su trabajo y su organización en ayllus permitieron el funcionamiento de la compleja maquinaria del Tawantinsuyo. A pesar de su vida sencilla y regulada, su contribución era esencial para la prosperidad y la expansión del imperio.

Los Mitimae (también conocidos como Mitmacuna o Mitmaq)

Fueron un elemento crucial en la organización social, política y económica del Imperio Incaico. No constituían un estrato popular en sí mismos, como los Hatun Runa, sino más bien una política de movilidad y reasentamiento poblacional implementada por el estado inca.

  • Definición: Los Mitimae eran grupos de familias o comunidades enteras que eran trasladadas de su lugar de origen a otras regiones del imperio. Este traslado no era aleatorio, sino que respondía a objetivos muy específicos del estado incaico. El término quechua mitmaq significa «el que se va» o «colono».
  • Objetivos y Funciones: Los traslados de Mitimae tenían múltiples propósitos:
    • Colonización de nuevas tierras: Se enviaban grupos a regiones recién conquistadas para introducir la agricultura y las técnicas incaicas, así como para establecer una presencia leal al imperio.
    • Control político y pacificación: Trasladar poblaciones leales a zonas rebeldes o potencialmente conflictivas ayudaba a mantener el orden y a diluir la capacidad de resistencia de los grupos locales. También se trasladaban grupos díscolos a regiones más controladas para dispersarlos.
    • Explotación de recursos: Se movilizaban comunidades con conocimientos especializados en ciertas actividades (agricultura en diferentes nichos ecológicos, artesanía, minería) a regiones donde esos recursos eran necesarios.
    • Difusión de la cultura inca: Los Mitimae actuaban como embajadores de la cultura, la lengua quechua, las leyes y las costumbres incaicas en las nuevas regiones.
    • Defensa de fronteras: Se establecían colonias militares de Mitimae en las zonas fronterizas para proteger el imperio de posibles invasiones.
    • Mantenimiento de la infraestructura: Algunos grupos de Mitimae se especializaban en la construcción y mantenimiento de caminos, puentes y otras obras públicas.
  • Características:
    • No perdían sus derechos: A pesar de ser trasladados, los Mitimae generalmente conservaban los derechos comunitarios sobre sus tierras de origen y mantenían sus vínculos con su ayllu.
    • Mantenían su identidad: Se les permitía conservar sus propias costumbres, vestimenta y tradiciones para distinguirse de la población local.
    • Recibían tierras y recursos: Al llegar a su nuevo destino, se les asignaban tierras para construir sus viviendas y cultivar sus alimentos, así como los recursos necesarios para cumplir su función.
    • Diversidad de orígenes: Los Mitimae podían provenir de diversas etnias y regiones del imperio, dependiendo de la necesidad específica del traslado.
    • Carácter permanente o temporal: Aunque muchos traslados eran permanentes, algunos podían ser temporales, especialmente aquellos relacionados con la mita o la explotación de recursos específicos.
  • Impacto: La política de los Mitimae tuvo un impacto profundo en la demografía y la etnogénesis de los Andes. Desplazó a grandes cantidades de población y contribuyó a la integración y el control del vasto territorio incaico.

Los Yanaconas

Los Yanaconas (del quechua yana kuna, que podría traducirse como «sirvientes» o «auxiliares negros», aunque esta etimología es debatida) constituían un estrato social particular y diferenciado dentro de la sociedad incaica. No encajaban perfectamente en la estructura de los ayllus y tenían una relación especial con el estado y la nobleza.

  • Servidores perpetuos: Los Yanaconas eran individuos que habían sido separados de sus ayllus de origen y estaban adscritos de forma permanente al servicio del Inca, de la nobleza o del estado. Su condición era hereditaria, lo que significaba que sus descendientes también nacían en esta situación de servicio.
  • Origen diverso: Los Yanaconas podían provenir de diversos orígenes:
    • Prisioneros de guerra: Individuos capturados en combate que eran destinados al servicio en lugar de ser sacrificados.
    • Personas desarraigadas: Individuos o familias que, por alguna razón (rebelión, crímenes, etc.), habían perdido sus vínculos con sus ayllus.
    • Individuos elegidos por sus habilidades: En algunos casos, personas con habilidades especiales (artesanía, administración, etc.) podían ser separadas de sus ayllus para servir directamente al Inca o al estado.
  • Dependencia directa: Su principal característica era su dependencia directa de la persona o institución a la que servían. No tenían las obligaciones de tributo ni los derechos sobre la tierra de los Hatun Runa dentro de un ayllu.
  • Variedad de tareas: Los Yanaconas desempeñaban una amplia gama de tareas, dependiendo de las necesidades de sus señores o del estado:
    • Servicio doméstico: Trabajaban como sirvientes personales en las casas de la nobleza y del Inca.
    • Artesanía especializada: Algunos eran hábiles artesanos (alfareros, tejedores, orfebres) que trabajaban exclusivamente para sus señores.
    • Agricultura en tierras privadas: Cultivaban las tierras personales del Inca o de la nobleza.
    • Administración y gestión: Algunos Yanaconas instruidos podían desempeñar roles administrativos o de supervisión.
    • Tareas militares: En ciertos casos, podían participar en campañas militares como auxiliares o cargadores.
  • Movilidad: A diferencia de los Hatun Runa, los Yanaconas a menudo tenían mayor movilidad geográfica, ya que podían ser trasladados con sus señores a diferentes partes del imperio.
  • Estatus especial: Su estatus era diferente al de los Hatun Runa. Aunque estaban en una posición de servidumbre, algunos Yanaconas podían ascender en la escala social y gozar de ciertos privilegios si demostraban lealtad y habilidad. Sin embargo, su vínculo con su señor era fundamental.
  • Sin vínculos con el Ayllu: La característica definitoria de los Yanaconas era su ruptura de los lazos tradicionales con su ayllu. Esto los colocaba en una posición de dependencia directa pero también los liberaba de las obligaciones comunitarias del ayllu.