Genera imagen de una india americana y un español del siglo XVI enamorados

EL DARIÉN VISTO POR SUS PROTAGONISTAS Y LAS CIUDADES QUE FUNDARON

El contexto histórico

Para el contexto geográfico del Darién hacemos enlace a la página de este mismo bloque. 

Lo que sigue es un resumen del periodo en que por razón de claridad se han eliminado muchos momentos y datos. Para aquellos interesados en la completitud y complejidad del Darién, aconsejo la lectura de las biografías de Ojeda, Nicuesa, Núñez de Balboa y Pedrarias Dávila, de las que dejaré enlace en su momento. También pueden dirigirse al apartado «Para saber más» o enlazar con los viajes andaluces

Arbitrariamente, nuestro punto de partida es el año 1508. La reina Isabel había muerto y Fernando el Católico  había llamado a concurso la gobernación y colonización de Tierra Firme, que abarcaba las tierras entre el cabo Gracias a Dios (entre Honduras y Nicaragua) y el cabo de la Vela (en Colombia). Véase la fig. 1

Acudieron a tal llamado dos baquianos, es decir dos personajes de amplia experiencia en viajes, descubrimientos y aventuras: Alonso de Ojeda y Diego de Nicuesa.

Juan de la Cosa representaba a Ojeda que no se encontraba en la corte.

Como ambos candidatos poseían buena reputación y tenían simpatías en la Corte, la Corona prefirió dividir la región en dos gobernaciones: Veragua al oeste,  quedó bajo gobernación de Nicuesa y Nueva Andalucía, o Urabá al este, Gobernación de Ojeda con límites en el golfo de Urabá. Esta capitulación fue firmada el 6 de junio de 1508.

Si todo esto no era suficientemente complicado, añádase que Diego Colón, el hijo del Almirante, reclamaba esos territorios como  parte de lo acordado por los reyes y Cristóbal Colón.

Alonso de Ojeda (el desgraciado) y Diego de Nicuesa (más desgraciado todavía)

Ojeda, Enciso, un tal Pizarro, un tal Núñez de Balboa y una ciudad llamada san Sebastián de Urabá.

Para una mejor comprensión de este capítulo aconsejo encarecidamente la lectura previa de las biografías de Alonso de Ojeda  y Diego de Nicuesa

Ojeda, que como se dijo, tenía una gran experiencia en expediciones de todo tipo, fue el primero en zarpar desde Santo Domingo a fines de 1509. Su expedición, que contaba con solamente unos 300 hombres, porque corriendo a su cargo, su economía no le permitía más.

Desembarcó en la costa del Darién, en un lugar que tras la fundación por el propio Ojeda sería conocido como San Sebastián de Urabá

En la figura 2 se puede observar la situación del fuerte de San Sebastián de Urabá, asi como la división de las dos gobernaciones.

En esta expedición Ojeda tenía como piloto al muy prestigioso y experimentado Juan de la Cosa. Éste le desaconsejó ese emplazamiento decidido por Ojeda que no sólo resultó inhóspito en climatología, sino que además fue sometido a un asedio constante y muy duro por los indígenas de la región. También formaba parte de la tripulación un desconocido Francisco de Pizarro.

En una de esas escaramuzas, que terminaron en emboscada, murió por una flecha envenenada Juan de la Cosa, al interponerse para salvar a su amigo Ojeda, que también resultó herido de gravedad en una pierna por un flechazo impregnado de curare. 

Tras este descalabro Ojeda decide volver a la Española para recuperarse dejando al mando de San Sebastián de Urabá a alguien a quien más arriba se nombra, que años más tarde estaría llamado a ser protagonista histórico de primer nivel, Francisco Pizarro.

Las instrucciones que tenía este joven Pizarro era aguantar cincuenta días hasta la llegada rescatadora de Martín Fernández de Enciso.

Enciso, supuestamente con estudios de bachiller, era un colono con una cierta fortuna personal, además de personaje culto y geógrafo reconocido, (digno sucesor de Juan de la Cosa) que había financiado el viaje de Ojeda a condición de que éste le nombrara Alcalde Mayor de la Gobernación de Urabá (Nueva Andalucía). De la misma manera que Ojeda llevaba a un desconocido pero legal tripulante llamado Pizarro, Enciso habría de llevar, pero como polizón a otro pesonaje que igualmente habría de pasar a la Historia, llamado Núñez de Balboa.

Fernández de Enciso encontró a los resistentes en San Sebastián de Urabá en un estado calamitoso, cercano a la desesperación. Enciso les infundió ánimos y los instó a resistir. Por sugerencia de Núñez de Balboa, pasaron al otro lado del Golfo de Urabá, fundaron Santa María la Antigua.

El pago que habría de recibir Fernández de Enciso por haber hecho la vista gorda ante el flagrante delito de Núñez de Balboa, es que éste, dotado de un carisma excepcional para dirigir hombres, se hizo pronto con el control de la colonia y mandó a Enciso en un barco de vuelta a España. Reconozcamos que la pretensión de Enciso de que sólo Ojeda podía comerciar con oro, además de sus exageradas pretensiones como «Alcalde y financiador» predispuso muy fácilmente a los colonos a favor de Núñez de Balboa.

Mas la enemistad entre ambos personajes no había hecho sino comenzar. Como veremos en su momento.

Mas hemos de terminar esta sección añadiedo que Ojeda murió pobre, en Santo Domingo, en el año 1515, fue enterrado en la entrada de la iglesia de los franciscanos. Allí se encontraban algunos compañeros de aventuras. Mandó a los frailes ser enterrado, como se dijo, en el suelo que daba a la entrada, para que todos pisaran sus restos. Mandó que se tallara la siguiente leyenda «Aquí yace Alonso de Ojeda, el desgraciado».  Es fama que a los pocos días encontrarían el cadáver su esposa, la hermosa Palaaira Jinnu, bautizada Isabel, a quien amó toda su vida y fue correspondido. Tuvieron tres hijos.

Diego de Nicuesa, su lugarteniente el ¿traidor? Olano y una ciudad llamada Nombre de Dios, de la que pasó a otra llamada Santa María la Antigua.

Volvamos otra vez a la ciudad de Santo Domingo y al momento de partir ambas expediciones. sabemos que Ojeda lo hizo con una anticipación de ocho días sobre la de Ojeda. Entre otras razones porque el Gobernador Diego Colón le puso todos los impedimentos posibles en tanto que se consideraba legítimo gobernador de ese territorio según las capitulaciones de su padre, como se dijo. Llegó el gobernador a arrestar a Nicuesa, acusado del impago de unas deudas.

Después de ciertas vicisitudes (como hacer esclavos para rentabilizar la empresa) que no anotaremos, se creó una disputa entre Nicuesa y su segundo Olano, en relación a la exacta ubicación de Veragua. Nicuesa seguí ciega y acríticamente la «carta de marear» de Bartolomé Colón, mientras que Olano afirmaba conocer el lugar por algún viaje previo y advertía a Diego de Nicuesa de su error una y otra vez.

Tenía razón Olano y Nicuesa terminó encallando y Olano aprovechó para hacerse con el mando de la expedición con la pretensión de acaparar las soñadas riquezas de la región, dejando a su suerte a un abandonado Nicuesa, de ahí el calificativo de traidor con el que le adornan algunos cronistas.

Sea como fuere, el caso es que Olano obtuvo un nulo éxito, se vio enfrentado a unos indios tan violentos como decididos a expulsar a los españoles. De muy mala manera consiguieron salvarse.

En cuanto a Nicuesa también consiguió salvarse por un casual y casi milagroso rescate. Recuperado ordenó la captura y prisión de Olano.

Nicuesa prosiguió su exploración, cosechando fracasos por la continua agresión de los naturales, hasta que a duras penas se estableció en un  gran puerto natural que Nicuesa tituló Nombre de Dios, donde construyó una mínima fortaleza.

La llegada de refuerzos desde Santa María la Antigua (ver más adelante y también fig 3), les salvó milagrosamente de una muerte segura. Tan es así que de los ochocientos iniciales, en ese momento no se superaban los doscientos. De ahí Nicuesa se dirigió a la mencionada ciudad con tantos brios renovados que pregonó que todo el oro rescatado por los colonos, se le debía entregar a él (o a Ojeda en su defecto) como legítimo Gobernador de la región. Naturalmente, esto exacerbó los ánimos de los residentes y entre ellos el del carismático Núñez de Balboa que era quien realmente controlaba la situación y que puso proa, literalmente, a Nicuesa, en el mismo bergantín en que había llegado. Nicuesa se dirigió a La Española con su lista de agravios en las calendas de marzo y nunca más se supo de él. Se lo tragó ese mar que tantas veces había recorrido lleno de sueños de grandeza. Nadie sabe dónde reposan los restos de este explorador y la decisión de expulsarlo que tomó Núñez de Balboa habría de perseguirle como un mal sueño, asunto que veremos más adelante.

Núñez deBalboa I (a quien también podemos apodar, el desgraciado, como los anteriores)

Núñez de Balboa era, como cualquiera de los anteriores un baquiano con dilatada vida en Las Indias. Para una total explicación revísese su biografía, en el siempre indispensable enlace de la página de biografías de Real academia de la Historia.

Sin embargo, como en los casos anteriores, comenzaremos estos apuntes en ese preciso momento del año 1509.

Núñez de Balboa está prácticamente arruinado en La Española y para huir de sus acreedores, se esconde como polizón en uno de los barcos de Fernández de Enciso, que probablemente era uno de sus muchos acreedores. Le acompañaba su perro Leoncico. Es descubierto. Es perdonado. Llegan a San Sebastián de Urabá y por indicación de Núñez de Balboa deciden abandonar ese lugar inhóspito, impracticable para la agricultura y  poblado, además, de feroces moradores con flechas envenenadas. Veamos como describe Bartolomé de las Casas ese momento:

 “Yo me acuerdo, (afirmó Núñez de Balboa) que los años pasados, viniendo por esta costa con Rodrigo de Bastidas a descubrir, entramos en este Golfo, y a la parte de occidente, a mano derecha, según me parece, salimos en tierra y vimos un pueblo de la otra banda de un gran río, que tenía muy fresca y abundante tierra de comida, y la gente de ella no ponía hierba (veneno) en sus flechas”.

Ese lugar al que hacía referencia Núñez de Balboa, estaba al otro lado del Golfo de Urabá, estaba en Veragua Gobernación de Nicuesa.

A su llegada tuvieron que vencer una mínima resistencia de los naturales y Enciso, que se había encomendado a la Virgen, puso al lugar el nombre de Santa Maria la Antigua, más adelante rebautizada como Santa María la Antigua del Darién por Balboa. El enlace muestra la investigación del estudioso colombiano César E. Rivas Lara. La figura 3 está tomada de su investigación.

Ya sabemos cual fue el destino de Enciso, volverse a La Española y de ahí a Castilla. También sabemos cual fue el destino de Nicuesa, perderse en el mar.

Abundando en este aspecto diremos que  el virrey Diego Colón reconocerá a Vasco Núñez el título de gobernador interino del Darién, desconociendo los derechos de Enciso en fecha el 4 de abril de 1511  Lo mismo haría luego el Rey por Cédula de 23 de diciembre de 1511, en espera de nombrar gobernador en carácter definitivo.

En los próximos tres años Núñez de Balboa es el Gobernador del Darién. 

Núñez de Balboa II. El mar del Sur.

Balboa, ya en funciones de gobernador de facto, dedicó esfuerzos a normalizar la vida en Santa María la Antigua, a guerrear o a hacer las paces con los indígenas, según la situación. Por ejemplo utilizó el «aperreamiento» contra los indios rebeldes y además mandó quemar a algún homosexual. Tales actos habrían de pesar en su contra años más tarde.

También a explorar el territorio en busca de oro.

Realmente el descubrimiento del Mar del Sur no se lleva a cabo hasta el tercer año de su mandato. Algunos historiadores afirman que ese descubrimiento era la baza que se guardaba Núñez de Balboa para que el rey Fernando, a quien llegaban informes desfavorables de Balboa, lo nombrara gobernador definitivo.

Vasco Núñez de Balboa descubrió el Océano Pacífico. El 25 de septiembre de 1513. En las actas del escribano se nombra en primer lugar a Balboa, en segundo lugar al Andrés de Vera y en tercer lugar a  Andrés de Vera. 

Posteriormente, el 29 de septiembre de 1513 ,tomó posesión del Océano Pacífico y de sus tierras adyacentes en nombre del rey Fernando el Católico y de la reina Juana I de Castilla. Vestido con sus mejores galas de soldado, un estandarte de la Virgen en una mano y la espada desnuda en la otra, Balboa se introdujo hasta que el mar le cubrió la rodillas. 

Núñez de Balboa (III) y Pedrarias Dávila.

Hemos comentado que al rey Fernando le llegaban informes desfavorables de Balboa. Recordemos que envió con cajas destempladas y sin una sola moneda de oro  al bachiller Enciso y otro tanto a Nicolás Nicuesa que además pereció en esa navegación impuesta.

Enciso en concreto insistió en la Corte en los aspectos negativos de Núñez de Balboa y aunque éste intentó alguna defensa, es cierto que finalmente el rey Fernando decidió nombrar un gobernador definitivo y éste fue Pedro Arias de Ávila, más conocido por Pedrarias Dávila, el furor domine.

Las relaciones de Núñez de Balboa y Pedrarias Dávila fueron una constante sucesión de altibajos.  Pedrarias, ora apresó a Núñez de Balboa y lo mantuvo tres meses encerrado en una jaula en el patio del Gobernador, ora le perdonó y le ofreció matrimoniar con su hija Maria de Peñalosa, con la que no se encontraría jamás, siendo su matrimonio por poderes. Si, Pedrarias Dávila y Núñez de Balboa fueron suegro y yerno. Se da la circunstancia de que Balboa mantenía una relación estable con la hermosa Anayansi. (Ver para saber más)

Sin embargo, en un momento determinado, ciertos malentendidos y la malicia de Pedrarias Dávila llevaron a éste a acusar a Núñez de Balboa de traición. Pesaron muchos los abandonos a Enciso y Nicuesa (en este caso se le responsabilizó de la muerte), así como el trato a los indios, antes comentado. Ha de añadirse que el encargado de apresar a Núñez de Balboa, fue Pizarro, que por tercera vez apare en este relato (defensor del fuerte de San Sebastián de Urabá; acompañante destacado de Núñez de Balboa en el descubrimiento del Pacífico, y esto último).

Núñez de Balboa fue decapitado por orden de Pedrarias Dávila un día desconocido de la semana del 13 al 21 de enero de 1519.

Pedrarias Dávila. Furor Dómine. El conquistador del que nadie, nunca, habló bien.

«Pedrarias hizo historia mientras marchaba por la vida cortando cabezas» esto podemos leer en la biografía de la Real Academia de la Historia.

Pedrarias Dávila, a quien se conoció como el galán, el justador, el bravo pero que había de pasar a la Historia con el apelativo que le pusiera Bartolomé de las Casas, «furor Domine«, la ira de Dios, por la implacable manera de tratar a indios y a no pocos españoles.

Tenía la muy avanzada edad para la época de sesenta y tres años y algunos achaques importantes, cuando el rey, por influencia del cardenal Fonseca, le eligió (para sorpresa de muchos) como gobernador del Darién, unificando las gobernaciones de Veragua y Urabá en una sola con el nombre de Castilla del Oro.

Si sorprendente es la elección añosa de Pedrarias, más lo es la magnitud de la empresa colonizadora. Dos mil integrantes. La mayor hasta el momento, con su obispo  fray Juan Quevedo y séquito. Volvía el bachiller Enciso, ahora en calidad de Alguacil Mayor (recordemos que quiso antes el cargo de Alcalde Mayor con Ojeda en Urabá). Aparecen personajes llamados a dejar su hueco en la Historia como Diego de Almagro, Hernando de Soto; o que habían de escribir sobre la misma como Bernal Diez del Castillo.

(Ya hemos comentado en el bloque anterior cómo de trágico e injusto final de Núñez de Balboa. Nos centraremos ahora en otros aspectos del periodo de Pedrarias Dávila).

Tal cantidad de hombres y sus pertrechos se explican por las muy exageradas referencias al oro que podía encontrarse en dicho lugar.

Naturalmente acomodar a esa cantidad de hombres en una humilde ciudad de quinientos habitantes, de chozas y bohíos fue el primer motivo que rompería una vida ciudadana más o menos equilibrada hasta el momento. Se generaron dos bandos, los de Pedrarias y el Obispo y los de Balboa. El resultado fue una importante mortandad por hambre y numerosas enfermedades. El propio Pedrarias sufrió lo que parece un accidente cerebro vascular, con inmovilidad del brazo izquierdo, aunque sorpresivamente se recuperó.

Aun en estas condiciones tan desfavorables Pedrarias ordenó campañas de exploración y conquista, que se llevaron al estilo de Atila, a sangre y fuego, destruyendo toda labor diplomática y de alianzas de Balboa.

Además para contrarrestar el prestigio de Balboa, decidió fundar una ciudad que sustituyera a Santa María la Antigua del Darién pero en la costa del Mar del Sur, PANAMÁ, Nuestra Señora de la Asunción de Panamá el lugar de «abundancia de peces» un 15 de Agosto de 1519, Primer enclave español y europeo en el Pacífico. Pedrarias, bien que con gran oposición, trasladó todo el aprato administrativo de Santa Maria la Antigua y ésta terminó despoblada y engullida por la selva.

Se puede considerar a Predraias el responsable de la conquista de Nicaragua bien que por mano interpuesta de Francisco Hernández de Córdoba, a quien acabaría decapitando por la pretensión de éste de erigirse en gobernador de la mencionada Nicaragua.

Tras numerosos avatares, trampas, abusos y trapicheos, un Pedrarias de ochenta y seis años fue nombrado Gobernador de Nicaragua. Lo fue 1528 a 1531.

Por supuesto en ese puesto siguió su brutal trato a los indios a los que esclavizó como negocio para su venta.

Murió a los noventa y un años, un el 6 de marzo de 1531, en la antigua ciudad de León (Nicaragua). A pesar de su inmensa fortuna y sus muchas influencias no consigiuó que su hijo heredara el cargo pero si que lo hiciera el marido de su hija María de Peñalosa, Rodrigo de Contreras. Anótese que María fue la prometida de Balboa.

Los supuestos restos de Pedrarias Dávila fueron descubiertos en 2000, junto a los de Francisco Hernández de Córdoba (identificables estos últimos por la ausencia de su cabeza)* en el presbiterio de la iglesia de la Merced de la referida ciudad de León, y sepultados ambos en el Memorial de los Fundadores, construido en ese mismo año en un sector de su antigua plaza mayor. Paradójicamente, los restos de Hernández de Córdoba fueron honrados con 21 cañonazos del Ejército de Nicaragua y sepultados en el lugar de honor del Memorial, mientras que los de Dávila fueron sepultados a los pies del anterior.

Esta especie de justicia histórica o de al menos justicia poética se complementó porque a la moneda de Nicaragua se le llama el «Cordoba»

*No confundir con otro Fernández de Córdoba, el explorador de Yucatán

Modelo colonizador del Darién.

No hay diferencias significativas entre el modelo antillano y el del Darién. Encomiendas, repartimientos, es decir, la consideración del natural como un recurso más y su consiguiente explotación.

Naturalmente se reprodujeron las tensiones entre encomenderos/órdenes religiosas/Corona. El convencimiento de Núñez de Balboa de la necesaria colaboración de naturales e indígenas para el desarrollo de la zona quedó absolutamente desmantelado con la llegada de Pedrarías Dávila, que si ya era implacable con los españoles, era sencillamente un masacrador de indios

Resumen

En el año 1509 y por decisión de Fernando el Católico, Tierra Firme o el Darién queda dividido en dos gobernaciones o capitulaciones: Urabá adjudicada a Alonso de Ojeda y Veragua, a cargo de Diego de Nicuesa. (Véanse las figuras)

Los lugartenientes de Ojeda son Juan de la Cosa, el cartógrafo; y el bachiller, culto, rico y también excelente geógrafo, Fernández de Enciso que financia la expedición.

El lugarteniente de Nicuesa es Olano.

Ambas expediciones parten de La Española.

Ambas sufren calamidades sin cuento. 

Ojeda es herido por una flecha de curare en la pierna. Hay una segunda flecha, también dirigida a él, pero al interponerse Juan de la Cosa, éste resulta muerto.

De muy malas maneras Ojeda consigue refugiarse en un fortín llamado San Sebastián de Urabá. La situación es tan desesperada que decide llegarse hasta la Española a por auxilios, dejando en San Sebastián a un grupo de hombres comandados por Francisco Pizarro.

Nicuesa se obceca, contra la opinión de su lugarteniente Olano, en desembarcar en una zona que él cree Veragua, siendo en realidad el peor lugar posible para establecerse. Olano le abandona (¿traición?) y se traslada al auténtico Veragua. La situación de Nicuesa se hace insostenible, consigue refugiarse en un lugar al que llamaron Nombre de Dios.

Fernández de Enciso por casualidad llega a San Sebastián de Urabá, justo para rescatar a los hombres de Pizarro, que estaban en situación límite. Pero aquí entra en liza otro personaje decisivo, alguien que va de polizón en un barco de Enciso, un hombre enérgico y carismático. Hablamos de:

Núñez deBalboa. Éste, no sólo consigue que se perdone su delito de polizón, sino que convence al grupo para que abandone San Sebastián de Urabá y salten al otro lado del golfo del mismo nombre a una zona que acabará llamándose Santa Maria la Antigua del Darién, nombre que recibió como cumplimiento de  promesa hecha a la Virgen, si les otorgaba victoria sobre indios flecheros, como así ocurrió.

Santa María la Antigua del Darién se convirtió así en la primera ciudad española y europea de Tierra Firme.

A este emplazamiento, situado en Veragua (Nicuesa) fueron llamados los resistentes de Nombre de Dios, con Nicuesa a la cabeza.

Restablecido el «equilibrio» jerárquico, Nicuesa, y también Enciso, (en nombre propio y de Ojeda que estaba en La Española)  inician una serie de acciones destinadas dejar bien claro que sólo ellos tenían derecho al oro y otras ganancias. Que sólo ellos podían determinar cómo se repartían los beneficios. Esto enfureció a los colonos, que tras penalidades pasadas lo vieron como una ofensa. Liderados por Núñez de Balboa (y Pizarro) tomaron las siguientes decisiones: Mandar a Enciso a La Española, a donde llegó y de allí a España, con un cargamento, no de oro, sino de reproches contra Núñez de Balboa. Igualmente decidieron lo mismo para Nicuesa que pereció en el trayecto.

Ahora Núñez de Balboa queda como gobernador provisional de toda la zona del Darién. Potencia a la ciudad de Santa Maria, guerrea y acuerda con los naturales y descubre el Mar del Sur (llevando a Pizarro, en la expedición). Pero recordemos que su gobernación era provisional y que tenía numerosos enemigos. Eso impulsa al rey a nombrar como gobernador al último protagonista de este capítulo.

Pedrarias Dávila. (Pedro Arias de Ávila), furor Dómine. El hombre de quien nadie habló bien. Llegó a América con sesenta y seis años y murió con noventa y dos. Personaje malicioso, codicioso y cruel. Arrasó a los indios, terminó encontrando la excusa para cortar la cabeza a Núñez de Balboa (a quien arrestó Pizarro) y fundó la ciudad de Panamá, primera ciudad en el Pacífico. Conquistó Nicaragua y se hizo inmensamente rico.

Para saber más

Descubrimientos en los que participó Alonso de Ojeda.

Expedición con Cristóbal Colón (1493): Ojeda participó en el segundo viaje de Colón al Nuevo Mundo. Durante esta expedición, se establecieron los primeros asentamientos en la isla de La Española (actual República Dominicana y Haití).

Exploración de la costa de Venezuela (1499-1500): En su primera expedición independiente, Ojeda navegó junto a Juan de la Cosa y el geógrafo Américo Vespucio. Descubrió gran parte de la costa de lo que hoy es Venezuela, incluyendo el Golfo de Paria, la Península de Paraguaná, y Lago de Maracaibo, al que dio el nombre de «Venezuela» (Pequeña Venecia) por los palafitos indígenas que recordaban a Venecia.

Descubrimiento de la Guajira (1499): Ojeda también exploró la Península de la Guajira (actualmente entre Colombia y Venezuela) durante esta misma expedición.

Descubrimiento de la Isla de Curazao (1499): En este viaje, también descubrió las islas de Curazao, Bonaire y Aruba, en el Caribe, que se encuentran al norte de la costa venezolana.

Fundación de San Sebastián de Urabá (1509): En su segundo viaje a América, Ojeda estableció este asentamiento en la costa del actual territorio colombiano, en el Golfo de Urabá, aunque fue un fracaso debido a la hostilidad de los indígenas y la falta de recursos.

Exploración del Darién (1509-1510): Durante su expedición para fundar San Sebastián de Urabá, Ojeda navegó la región del Darién, una zona de densa selva que separa Colombia de Panamá, y sufrió muchas dificultades en la zona antes de retirarse a La Española.

Ciudades fundadas por Núñez de Balboa

Aunque con toda razón asociamos a Núñez de Balboa con el descubrimiento del mar del Sur, merece la pena reseñar las dos ciudades en las que fue fundador este conquistador/explorador español.

Santa María la Antigua del Darién :

Año 1510

Fue la primera ciudad española en el continente americano (en lo que hoy es Panamá). Balboa, junto con Martín Fernández de Enciso, desarrolló esta ciudad después de pacificar la región. Se convirtió en el primer asentamiento estable de los españoles en Tierra Firme y el punto de partida para muchos de las expediciones de descubrimiento o conquista.

Acla

La ciudad de Acla, cuyo nombre proviene de una palabra indígena que significa «hueso», fue fundada por Vasco Núñez de Balboa en la costa atlántica del istmo de Panamá. Acla tenía un propósito estratégico, ya que fue establecido como punto de partida para expediciones hacia el Océano Pacífico. Desde allí, Balboa tenía la intención de construir barcos que le permitieran explorar las nuevas tierras y las costas del Pacífico. Acla también envió un papel importante en las comunicaciones entre las costas del Caribe.

En esta ciudad fue ejecutado Núñez de Balboa.

Quién fue Anayansi

Anayansi fue una indígena hija del cacique  Careta, perteneciente a la etnia Cueva. La entrega de Anayasi fue el precio que debió pagar Careta para hacer las paces con Balboa.

Se cuenta que mantuvieron una relación de verdadero amor y que ambos aprendieron el idioma del otro. También que Anayansi, en una de esas permanentes refriegas entre indios y españoles, «traicionó» a los suyos para avisar a Núñez de Balboa de la emboscada que se le preparaba.

No hay constancia documental de cual fue la peripecia vital de la hermosa Anayasi tras la decapitación de Núñez de Balboa.

Aquí te dejo 9 datos interesantes sobre este personaje.

Ciudades fundadas por Pedrarias Dávila

Panamá (Ciudad de Panamá): Fundada en 1519, fue una de las ciudades más importantes de América durante la época colonial. Panamá se convirtió en un punto clave de conexión entre el Océano Atlántico y el Pacífico, facilitando el comercio y las expediciones hacia Perú.

León (Nicaragua): En 1524, Pedrarias fundó la ciudad de León en Nicaragua, que fue una de las primeras ciudades españolas en esa región. León se convirtió en la capital colonial de Nicaragua durante muchos años.

Granada (Nicaragua): También en 1524, Pedrarias Dávila fundó la ciudad de Granada. Al igual que León, Granada fue una de las primeras ciudades establecidas en el interior de Nicaragua y se convirtió en un centro económico importante.

 

Fig 1

Fig 2

Fig.3