
EL IMPERIO INCA O TAWANTINSUYO
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En su momento de máxima extensión alcanzó los cinco mil kilómetros de longitud en un área de 1.800.000 kilómetros cuadrados.
Estaba dividido en cuatro regiones o suyos, eso significa tawantinsuyo.
Ámbito temporal
El origen de los incas se remonta al siglo XII .
Con Huayna Capac (1493-1525) se cerró el ciclo de las grandes conquistas incas, interrumpido bruscamente por la presencia europea en Centroamérica, cuyas enfermedades se adelantaron a los conquistadores y terminaron con la vida del inca..
Época de máxima expresión entre 1400 y 1534.
Idioma
El Quechua del Tawantinsuyo:
- Lengua franca del imperio: El quechua, en sus diversas variantes, fue la lengua franca o idioma oficial del Tawantinsuyo (Imperio Inca). Si bien existían muchas otras lenguas en el vasto territorio imperial, el quechua se promovió y difundió para facilitar la administración, la comunicación y la cohesión entre los diferentes pueblos conquistados.
- Origen y expansión: Aunque el origen exacto del quechua es un tema de debate lingüístico, se cree que surgió en la región central de los Andes peruanos. Con la expansión del Imperio Inca desde su núcleo en Cusco, el quechua se extendió rápidamente hacia el norte, hasta lo que hoy es el sur de Colombia, y hacia el sur, abarcando partes de Ecuador, Bolivia, y el norte de Argentina y Chile.
- Variedad y prestigio: No existía un único «quechua inca» monolítico. Más bien, había un conjunto de dialectos o variedades regionales del quechua que se hablaban en todo el imperio. El quechua hablado en la región de Cusco, la capital del imperio, gozaba de un prestigio especial y era la lengua de la administración y la élite incaica, aunque los nobles también podían hablar otras lenguas.
- Características: El quechua es una lengua aglutinante, lo que significa que añade sufijos a las raíces de las palabras para expresar diferentes significados gramaticales (tiempo verbal, persona, número, caso, etc.). Era una lengua oral, y aunque los incas desarrollaron un complejo sistema de cuerdas anudadas llamadas quipus para registrar información numérica y quizás narrativa, no tenían un sistema de escritura alfabético como el que conocemos hoy.
- Legado: El quechua sigue siendo una lengua viva hablada por millones de personas en los Andes actuales. Aunque ha evolucionado y se ha diversificado en numerosas variedades, muchas de las cuales tienen influencias del español, conserva una rica historia y un importante legado cultural del Tawantinsuyo. El estudio del quechua moderno proporciona valiosas pistas sobre la lengua que se hablaba en el imperio incaico.
El Idioma Pukina:
- Lengua de la élite incaica (hipótesis): Existe una hipótesis interesante, aunque no completamente probada, que sugiere que el pukina podría haber sido una lengua secreta o de prestigio hablada por la nobleza inca, paralela al uso más generalizado del quechua.
- Evidencia lingüística: Esta hipótesis se basa en el análisis lingüístico de ciertos términos y nombres propios que aparecen en las crónicas coloniales y que no parecen tener una etimología clara en quechua o aimara, las otras dos lenguas andinas importantes de la región. Algunos investigadores han encontrado posibles conexiones entre estas palabras y el idioma pukina, que se habló en una región más restringida alrededor del lago Titicaca antes de la expansión del quechua.
- Carácter secreto o ritual: Si el pukina fue utilizado por la nobleza inca, podría haber tenido un carácter de lengua secreta, ritual o de distinción social, utilizada en contextos ceremoniales o dentro de la corte imperial. Esto explicaría por qué no fue tan difundida como el quechua.
- Desaparición: El idioma pukina se extinguió en el siglo XX. El conocimiento que tenemos de él proviene principalmente de documentos coloniales, vocabularios y el análisis de su influencia en otras lenguas andinas.
- Debate académico: La idea de que el pukina fue la lengua de los nobles incas sigue siendo un tema de debate entre los lingüistas e historiadores andinos. Aunque hay evidencias que sugieren una conexión especial del pukina con ciertos aspectos de la cultura incaica, no hay una prueba definitiva de que fuera su lengua exclusiva o secreta. Es posible que los nobles incas fueran bilingües o multilingües, utilizando el quechua para la administración y la comunicación general, y quizás el pukina para contextos más específicos o como un marcador de identidad de élite.
En resumen, el quechua fue la lengua franca del Tawantinsuyo, hablada por la mayoría de la población y utilizada para la administración del imperio. El pukina, por otro lado, podría haber sido una lengua hablada por la nobleza inca, posiblemente con un carácter secreto o de prestigio, aunque esta hipótesis aún se debate en el ámbito académico. Ambas lenguas son importantes para comprender la historia lingüística y cultural del antiguo Imperio Inca.
Sociedad.
La sociedad inca se caracteriza, como es norma de la época y del tipo de sociedades que estamos analizando, por su rígida estructura estamental.
Esta sociedad estamental estaría conformada por la élite nobiliaria y el estrato popular.
La élite incaica
La realeza
El sapa inca
Fotografía de uso libre tomada de pexels.com
Este grupo social situado en la cúspide de la escala social, estaba formado por el emperador, al que se llamaba ‘Sapa inca’ (divino inca) o Intip Churin es decir «Hijo del Sol». El sapa inca, vivía rodeado de las maximas atenciones y lujos, que se manifestaban en los alimentos que ingería y los delicados vestidos con los que se adornaba. Recibía todos los cuidados. Se le cuidaba hasta después de muerto, quiere decirse que la momificación era habitual y estas momias tenían tal consideración que incluso se les pedía consejo.
La Coya
Es la primera de las mujeres, única esposa legítima del emperador Sapa Inca y quien dirige en su ausencia el gobierno de la capital Cuzco. También organiza en caso de necesidad las ayudas a los damnificados, en caso de grandes catástrofes.
La Coya: Esposa Legítima del Sapa Inca
- Título y Distinción: «Coya» (en quechua: quya) era el título reservado para la esposa principal y legítima del Sapa Inca, el gobernante supremo del Tawantinsuyo. Este título la distinguía de las otras mujeres de la familia imperial y de las esposas secundarias que el Inca podía tener.
- Linaje y Pureza de Sangre: Generalmente, la Coya era elegida entre la nobleza cuzqueña, y a menudo era la hermana del propio Inca. Esta práctica, aunque pueda parecer endogámica, tenía como objetivo principal mantener la pureza del linaje real y asegurar la legitimidad de los herederos. Se consideraba que tanto el Inca (hijo del Sol, Inti) como la Coya (hija de la Luna, Quilla) descendían directamente de las divinidades tutelares.
- Rol Político y Administrativo: La Coya no era solo una consorte real; desempeñaba un papel significativo en la política y la administración del imperio.
- Cogobernante: En ausencia del Inca, la Coya podía dirigir el gobierno de la capital, Cusco.
- Supervisora: Tenía la responsabilidad de supervisar la administración de las acllahuasi o «casas de las escogidas», donde se preparaban mujeres dedicadas a tareas religiosas y domésticas importantes para el estado.
- Mediadora: Podía interceder en asuntos de estado y actuar como consejera del Inca.
- Organización de Ayuda: En casos de desastres o calamidades, la Coya tenía un papel en la organización de la ayuda para los damnificados.
- Rol Religioso y Simbólico: La Coya era una figura venerada, casi como una deidad, especialmente en ceremonias y rituales.
- Representación: Simbolizaba la Madre Tierra (Pachamama), la fertilidad y la protección espiritual del imperio.
- Participación en Ceremonias: Encabezaba séquitos femeninos en importantes ceremonias religiosas, como el Coya Raymi, una festividad dedicada a la Luna y, por extensión, a la Coya.
- Poder e Influencia: La Coya ostentaba un gran poder e influencia dentro del Tahuantinsuyo. Su posición como esposa del Inca y su conexión divina le otorgaban una autoridad considerable. Su elección también podía influir en la reorganización de la élite de Cusco.
- Legado: La figura de la Coya perduró en la memoria colectiva y en las crónicas coloniales, destacando el importante rol de la mujer en la sociedad andina prehispánica.
Las panacas (o panakas).
En la sociedad incaica, las panacas (o panaka en quechua) eran linajes nobiliarios formados por los descendientes de cada inca gobernante, excepto su heredero directo. Eran estructuras fundamentales en la organización social, política y religiosa del Tahuantinsuyo.
¿Qué funciones cumplían las panacas?
Conservaban la memoria del inca fallecido
Se encargaban del culto a su momia (mallki) y de preservar su legado político y espiritual. Los incas consideraban que la muerte no interrumpía la autoridad del gobernante, por lo que su linaje seguía gestionando sus bienes y ceremonias.Administraban sus bienes y propiedades
Aunque el heredero recibía el poder, no heredaba las posesiones de su padre. Por tanto, la panaca del inca fallecido conservaba tierras, palacios, servidores y recursos que seguían funcionando bajo su nombre.Ejercían poder político
Las panacas formaban parte de la aristocracia cuzqueña. Sus miembros ocupaban altos cargos en la administración y podían influir en la elección del nuevo inca. Era una especie de nobleza corporativa.Residían en Cuzco
Cada panaca tenía un palacio propio en Cuzco y un conjunto de tierras de explotación. Las panacas más importantes pertenecían a los incas del período imperial.
¿Cuántas panacas existieron?
Tradicionalmente se reconocen doce panacas reales, correspondientes a los doce incas legendarios y históricos hasta Huayna Cápac. Con Atahualpa se rompe esta estructura, ya que su ascenso al poder no se ajustó a las normas tradicionales del Cuzco.
El heredero
El Auqui (en quechua: Awki) era una figura fundamental en la estructura nobiliaria incaica, representando al príncipe heredero del Sapa Inca. Su rol y posición eran de gran importancia para la continuidad y estabilidad del imperio. Aquí te presento los aspectos más relevantes:
El Auqui: Príncipe Heredero del Sapa Inca
- Título y Reconocimiento: El título de Auqui designaba específicamente al hijo varón del Sapa Inca elegido como su sucesor. Aunque el Inca podía tener muchos hijos (habidos con la Coya y con otras mujeres), el Auqui era aquel que se distinguía y era preparado para el futuro liderazgo.
- Elección, no primogenitura automática: A diferencia de otras monarquías, la sucesión incaica no siempre se basaba estrictamente en la primogenitura. El Sapa Inca tenía la potestad de elegir a su sucesor entre sus hijos varones, considerando sus habilidades, inteligencia, valentía y capacidad para gobernar. Esto permitía que el imperio fuera liderado por el más competente, en opinión del Inca reinante.
- Correinado y Preparación: Una práctica común era el correinado, donde el Auqui gobernaba junto a su padre durante un período. Esto permitía al príncipe heredero adquirir experiencia en la administración del imperio, conocer los entresijos del poder, ganarse el respeto de la nobleza y consolidar su posición como futuro Inca.
- Símbolos de distinción: El Auqui gozaba de ciertos privilegios y símbolos de distinción, aunque no siempre los mismos que el Sapa Inca. Se le representaba a menudo junto a su padre en ceremonias importantes y podía portar insignias que lo identificaban como el futuro gobernante.
- Rol militar y administrativo: El Auqui a menudo participaba activamente en la administración del imperio y en campañas militares, demostrando sus capacidades de liderazgo y ganándose la lealtad del ejército y de los funcionarios.
- Ubicación en la Panaca: El Auqui ocupaba un lugar preeminente dentro de su panaca (linaje real), aunque no siempre era el jefe de la misma mientras el Inca vivía. Su panaca jugaría un papel crucial en su ascenso al poder y en el mantenimiento de su linaje una vez que se convirtiera en Sapa Inca.
- «Auquis» en sentido amplio: Es importante mencionar que, en un sentido más amplio, el término «auqui» también podía referirse a otros príncipes o nobles de linaje real, aunque el «Auqui» con mayúscula era específicamente el heredero.
- Legado y transición: La figura del Auqui era vital para asegurar una transición de poder relativamente pacífica tras la muerte del Sapa Inca. Sin embargo, la elección no siempre era aceptada por todos, y en ocasiones podían surgir conflictos y luchas por la sucesión entre diferentes претенденты al trono.
- La tradición del ‘Auqui’ fue instaurado por Pachacutec, fundador de Machu Picchu. Su hijo Túpac Yupanqui fue el primer «auqui»
El sumo sacerdote (Willaq Uma)
El Willaq Uma: Sumo Sacerdote Incaico
- Máxima autoridad religiosa: El Willaq Uma era la cabeza de la jerarquía sacerdotal incaica. Tenía la responsabilidad de supervisar a todos los demás sacerdotes y sacerdotisas del imperio, así como la administración de los templos y los lugares sagrados (huacas).
- Nombramiento y linaje: Tradicionalmente, el Willaq Uma era un pariente cercano del Sapa Inca, a menudo un hermano o un tío. Este vínculo familiar aseguraba una estrecha relación entre el poder religioso y el poder político, fortaleciendo la legitimidad del Inca y la cohesión del imperio. El cargo no era necesariamente hereditario, pero solía permanecer dentro del círculo cercano de la familia real.
- Residencia y centro de poder: El principal centro de poder del Willaq Uma era el Coricancha, el templo más importante del imperio dedicado al dios Sol (Inti) en Cusco. Desde allí, dirigía las actividades religiosas a nivel nacional.
- Funciones y responsabilidades: Sus responsabilidades eran vastas y cruciales para el funcionamiento del imperio:
- Presidir las ceremonias religiosas más importantes: El Willaq Uma lideraba los rituales y festividades clave del calendario incaico, como el Inti Raymi (fiesta del Sol).
- Consultar a los oráculos: Era el principal intérprete de la voluntad divina a través de diversos oráculos y señales. Sus interpretaciones tenían un gran peso en las decisiones del Inca y del consejo imperial.
- Realizar sacrificios: Supervisaba y a menudo participaba en los sacrificios, tanto de animales como, en ocasiones especiales, humanos. Estos rituales eran fundamentales para mantener la armonía entre el mundo humano y el mundo divino.
- Administrar los bienes de los templos: Tenía a su cargo la gestión de las extensas propiedades y riquezas pertenecientes a los templos y a la religión estatal.
- Educación religiosa: Supervisaba la formación de los sacerdotes y las acllas (mujeres escogidas dedicadas al servicio religioso).
- Consejero del Inca: Debido a su prestigio y su conexión con lo divino, el Willaq Uma era un consejero influyente del Sapa Inca en asuntos de estado. Su opinión era altamente valorada.
- Símbolos de poder: El Willaq Uma vestía ropas distintivas y portaba insignias que simbolizaban su alto rango religioso.
- Importancia para la estabilidad del imperio: La figura del Willaq Uma era esencial para la legitimidad del gobierno incaico. Al ser un representante directo de la cosmovisión y la religión estatal, su apoyo reforzaba la autoridad del Sapa Inca y ayudaba a mantener la unidad ideológica del imperio.
El general del ejército imperial (Apuskipay)
- Máximo comandante militar después del Sapa Inca: El Apuskipay era el comandante en jefe de todo el ejército imperial en campaña. Solo el Sapa Inca, como autoridad suprema del imperio, estaba por encima de él en la jerarquía militar. En muchas ocasiones, especialmente en campañas importantes, el propio Inca lideraba el ejército, pero en su ausencia, el Apuskipay tomaba el mando absoluto de las fuerzas.
- Rol estratégico y táctico: El Apuskipay era responsable de la planificación estratégica y la ejecución táctica de las operaciones militares. Esto incluía la organización de las tropas, la logística del ejército en campaña, la elección de las estrategias de ataque y defensa, y la supervisión de los diferentes cuerpos del ejército.
- Origen noble: Generalmente, el cargo de Apuskipay era ocupado por miembros de la nobleza incaica, a menudo parientes cercanos del Sapa Inca o individuos de linajes nobles con probada experiencia y éxito militar. Esto aseguraba la lealtad al Inca y al imperio.
- Experiencia y prestigio: Se esperaba que el Apuskipay fuera un líder experimentado y respetado por las tropas. Habría ascendido a esta posición a través de una carrera militar exitosa, demostrando valentía, habilidad estratégica y capacidad de mando en diversas campañas.
- Símbolos de mando: El Apuskipay probablemente portaba insignias y vestimentas distintivas que simbolizaban su alto rango y autoridad militar. En algunas representaciones, se les ve siendo transportados en literas, indicando su importancia.
- Responsabilidad ante el Sapa Inca: A pesar de su gran poder, el Apuskipay era responsable directamente ante el Sapa Inca. Debía rendir cuentas de sus acciones y el éxito o fracaso de las campañas militares podía tener importantes consecuencias para su prestigio y posición.
- Ejemplos de Apuskipay: A lo largo de la historia del Imperio Inca, hubo varios generales destacados que podrían haber ostentado este título o un rol equivalente. Figuras como Cápac Yupanqui (hermano de Pachacútec) o generales que lideraron campañas durante los reinados de Túpac Yupanqui y Huayna Cápac habrían desempeñado funciones similares a las de un Apuskipay. Durante la conquista española, generales como Quizquiz y Chalcuchímac lideraron grandes ejércitos incaicos.
Los amautas
Los amautas (del quechua hamawt’a, que significa «maestro», «sabio») eran una figura fundamental en la sociedad incaica, especialmente en lo referente a la educación de la élite. Eran los depositarios del conocimiento y los encargados de transmitirlo a las futuras generaciones de gobernantes y nobles del Tawantinsuyo.
- Maestros de la nobleza: Su principal función era la educación formal de los hijos del Sapa Inca y de la nobleza. Enseñaban en instituciones conocidas como Yachayhuasi («casa del saber»), que se establecieron en Cusco y en otros centros importantes del imperio.
- Depositarios del conocimiento: Los amautas eran los hombres más sabios y eruditos del imperio. Poseían un profundo conocimiento en diversas áreas, incluyendo:
- Historia y tradiciones incaicas: Eran los guardianes de la memoria del imperio, transmitiendo mitos, leyendas y la historia de los gobernantes.
- Religión y cosmovisión: Instruían sobre el culto a los dioses, los rituales y la comprensión del universo según la cosmovisión incaica.
- Moral y ética: Enseñaban los principios morales y las normas de conducta que debían guiar a la clase dirigente. Las famosas leyes Ama Sua (no robes), Ama Llulla (no mientas) y Ama Quella (no seas ocioso) eran parte de su enseñanza.
- Administración y gobierno: Instruían sobre los principios de la administración estatal, las leyes y la gestión del vasto imperio.
- Matemáticas y quipus: Enseñaban el sistema numérico decimal y la lectura e interpretación de los quipus, el complejo sistema de cuerdas anudadas utilizado para registrar información estadística, histórica y contable.
- Astronomía y calendario: Transmitían conocimientos sobre los ciclos celestes y el calendario incaico, fundamental para la agricultura y las festividades.
- Estrategia militar: Instruían a los futuros líderes en tácticas y estrategias de guerra.
- Lengua quechua: Aseguraban el dominio de la lengua oficial del imperio.
- Selección y prestigio: Los amautas eran seleccionados por su sabiduría, experiencia y probidad. Gozaban de un gran prestigio y respeto en la sociedad incaica. Su posición era de gran honor y responsabilidad, ya que moldeaban a los futuros líderes del imperio.
- Consejero del Inca: Debido a su sabiduría y conocimiento, los amautas a menudo actuaban como consejeros del Sapa Inca en asuntos importantes de estado. Formaban parte de los comités consultivos del gobernante.
- Métodos de enseñanza: La enseñanza se basaba principalmente en la transmisión oral y la memorización, ya que no existía un sistema de escritura alfabético. Utilizaban la repetición, la práctica y la experiencia como métodos pedagógicos. También se valían de narraciones, cantos y representaciones para facilitar el aprendizaje.
- Distinción de las Mamaconas: Es importante distinguir a los amautas de las mamaconas, quienes eran las encargadas de la educación de las mujeres nobles en los Acllahuasi («casa de las escogidas»). Las mamaconas se centraban en la enseñanza de habilidades domésticas, artes textiles, preparación de alimentos rituales y conocimientos religiosos.
En resumen, los amautas eran los intelectuales y educadores de la élite incaica, responsables de preservar y transmitir el conocimiento fundamental para el funcionamiento y la continuidad del Imperio del Tawantinsuyo. Su rol era crucial en la formación de los futuros líderes y en el mantenimiento de la ideología y las tradiciones incaicas.
Otros grupos nobiliarios
Nobleza de sangre
Miembros restantes de las panacas (parientes).
Alto y Bajo Cuzco.
Un tercer grupo de nobles que no tenían sangre inca, pero que habían obtenido el estatus de incas. Este grupo pertenecía al sector de la población que había habitado la región cuando los incas habían llegado por primera vez. Debido a que todos estos grupos se componían de distintas líneas familiares, existía una gran rivalidad entre ellos, que en ocasiones llevaba a la guerra.
Nobleza de privilegio. Personas que destacaron por sus servicios (sacerdotes, acllas, altos jefes).
El estrato popular en la sociedad incaica
Los Ayllu Hatun Runa
- La base de la sociedad: Los Ayllu Hatun Runa eran los campesinos, artesanos y la población trabajadora del imperio. Constituían la gran mayoría de la población y eran la fuerza laboral que sostenía la economía y el funcionamiento del Tawantinsuyo.
- Organización en Ayllus: Su vida social y económica estaba organizada en ayllus, que eran comunidades parentales o clanes extendidos que compartían un territorio ancestral (marca), trabajaban la tierra de forma colectiva y se ayudaban mutuamente en diversas tareas. El ayllu era la unidad fundamental de la sociedad incaica.
- Trabajo y tributo: La principal obligación de los Hatun Runa era el trabajo. Dedicaban la mayor parte de su tiempo a la agricultura en las tierras del ayllu y en las tierras del estado y del sol. También realizaban trabajos artesanales, construcción de caminos, puentes y edificios públicos, y participaban en la mita, el sistema de trabajo rotativo obligatorio para el estado. A través de este trabajo, tributaban al Inca y al sostenimiento del imperio.
- Acceso a la tierra: Los Hatun Runa tenían acceso a la tierra dentro de su ayllu, la cual era distribuida periódicamente por los líderes locales (curacas) en función de las necesidades de cada familia. Sin embargo, la propiedad última de la tierra era del Inca.
- Obligaciones comunitarias: Además del trabajo para el estado, los Hatun Runa tenían obligaciones dentro de su ayllu, como la ayuda mutua (ayni) en la construcción de viviendas, la siembra y la cosecha, y la participación en festividades y rituales comunitarios.
- Vida sencilla y regulada: Su vida era relativamente sencilla y estaba fuertemente regulada por el estado. Los funcionarios incaicos supervisaban la producción agrícola, la distribución de recursos y el cumplimiento de las obligaciones laborales.
- Movilidad limitada: La movilidad geográfica de los Hatun Runa era limitada. Generalmente, vivían y trabajaban en las tierras de su ayllu y solo se desplazaban por motivos de trabajo en la mita o por obligaciones militares.
- Sin privilegios: A diferencia de la nobleza, los Hatun Runa no gozaban de privilegios especiales. Estaban sujetos a las leyes y las obligaciones impuestas por el estado incaico.
- Diversidad de roles: Dentro de los Hatun Runa, existía cierta diversidad de roles y especializaciones. Algunos eran principalmente agricultores, mientras que otros podían ser artesanos (tejedores, alfareros, etc.) o estar especializados en otras tareas. Sin embargo, la mayoría compartía la obligación fundamental del trabajo para el sostenimiento del imperio.
En resumen, los Ayllu Hatun Runa eran el pilar fundamental de la sociedad incaica. Su trabajo y su organización en ayllus permitieron el funcionamiento de la compleja maquinaria del Tawantinsuyo. A pesar de su vida sencilla y regulada, su contribución era esencial para la prosperidad y la expansión del imperio.
Los Mitimae (también conocidos como Mitmacuna o Mitmaq)
Fueron un elemento crucial en la organización social, política y económica del Imperio Incaico. No constituían un estrato popular en sí mismos, como los Hatun Runa, sino más bien una política de movilidad y reasentamiento poblacional implementada por el estado inca.
- Definición: Los Mitimae eran grupos de familias o comunidades enteras que eran trasladadas de su lugar de origen a otras regiones del imperio. Este traslado no era aleatorio, sino que respondía a objetivos muy específicos del estado incaico. El término quechua mitmaq significa «el que se va» o «colono».
- Objetivos y Funciones: Los traslados de Mitimae tenían múltiples propósitos:
- Colonización de nuevas tierras: Se enviaban grupos a regiones recién conquistadas para introducir la agricultura y las técnicas incaicas, así como para establecer una presencia leal al imperio.
- Control político y pacificación: Trasladar poblaciones leales a zonas rebeldes o potencialmente conflictivas ayudaba a mantener el orden y a diluir la capacidad de resistencia de los grupos locales. También se trasladaban grupos díscolos a regiones más controladas para dispersarlos.
- Explotación de recursos: Se movilizaban comunidades con conocimientos especializados en ciertas actividades (agricultura en diferentes nichos ecológicos, artesanía, minería) a regiones donde esos recursos eran necesarios.
- Difusión de la cultura inca: Los Mitimae actuaban como embajadores de la cultura, la lengua quechua, las leyes y las costumbres incaicas en las nuevas regiones.
- Defensa de fronteras: Se establecían colonias militares de Mitimae en las zonas fronterizas para proteger el imperio de posibles invasiones.
- Mantenimiento de la infraestructura: Algunos grupos de Mitimae se especializaban en la construcción y mantenimiento de caminos, puentes y otras obras públicas.
- Características:
- No perdían sus derechos: A pesar de ser trasladados, los Mitimae generalmente conservaban los derechos comunitarios sobre sus tierras de origen y mantenían sus vínculos con su ayllu.
- Mantenían su identidad: Se les permitía conservar sus propias costumbres, vestimenta y tradiciones para distinguirse de la población local.
- Recibían tierras y recursos: Al llegar a su nuevo destino, se les asignaban tierras para construir sus viviendas y cultivar sus alimentos, así como los recursos necesarios para cumplir su función.
- Diversidad de orígenes: Los Mitimae podían provenir de diversas etnias y regiones del imperio, dependiendo de la necesidad específica del traslado.
- Carácter permanente o temporal: Aunque muchos traslados eran permanentes, algunos podían ser temporales, especialmente aquellos relacionados con la mita o la explotación de recursos específicos.
- Impacto: La política de los Mitimae tuvo un impacto profundo en la demografía y la etnogénesis de los Andes. Desplazó a grandes cantidades de población y contribuyó a la integración y el control del vasto territorio incaico.
Los Yanaconas
Los Yanaconas (del quechua yana kuna, que podría traducirse como «sirvientes» o «auxiliares negros», aunque esta etimología es debatida) constituían un estrato social particular y diferenciado dentro de la sociedad incaica. No encajaban perfectamente en la estructura de los ayllus y tenían una relación especial con el estado y la nobleza.
- Servidores perpetuos: Los Yanaconas eran individuos que habían sido separados de sus ayllus de origen y estaban adscritos de forma permanente al servicio del Inca, de la nobleza o del estado. Su condición era hereditaria, lo que significaba que sus descendientes también nacían en esta situación de servicio.
- Origen diverso: Los Yanaconas podían provenir de diversos orígenes:
- Prisioneros de guerra: Individuos capturados en combate que eran destinados al servicio en lugar de ser sacrificados.
- Personas desarraigadas: Individuos o familias que, por alguna razón (rebelión, crímenes, etc.), habían perdido sus vínculos con sus ayllus.
- Individuos elegidos por sus habilidades: En algunos casos, personas con habilidades especiales (artesanía, administración, etc.) podían ser separadas de sus ayllus para servir directamente al Inca o al estado.
- Dependencia directa: Su principal característica era su dependencia directa de la persona o institución a la que servían. No tenían las obligaciones de tributo ni los derechos sobre la tierra de los Hatun Runa dentro de un ayllu.
- Variedad de tareas: Los Yanaconas desempeñaban una amplia gama de tareas, dependiendo de las necesidades de sus señores o del estado:
- Servicio doméstico: Trabajaban como sirvientes personales en las casas de la nobleza y del Inca.
- Artesanía especializada: Algunos eran hábiles artesanos (alfareros, tejedores, orfebres) que trabajaban exclusivamente para sus señores.
- Agricultura en tierras privadas: Cultivaban las tierras personales del Inca o de la nobleza.
- Administración y gestión: Algunos Yanaconas instruidos podían desempeñar roles administrativos o de supervisión.
- Tareas militares: En ciertos casos, podían participar en campañas militares como auxiliares o cargadores.
- Movilidad: A diferencia de los Hatun Runa, los Yanaconas a menudo tenían mayor movilidad geográfica, ya que podían ser trasladados con sus señores a diferentes partes del imperio.
- Estatus especial: Su estatus era diferente al de los Hatun Runa. Aunque estaban en una posición de servidumbre, algunos Yanaconas podían ascender en la escala social y gozar de ciertos privilegios si demostraban lealtad y habilidad. Sin embargo, su vínculo con su señor era fundamental.
- Sin vínculos con el Ayllu: La característica definitoria de los Yanaconas era su ruptura de los lazos tradicionales con su ayllu. Esto los colocaba en una posición de dependencia directa pero también los liberaba de las obligaciones comunitarias del ayllu.
Organización sociopolítica del tantinsuyu.
El imperio inca o Tawantisuyu tenía una organización política marcadamente centralizada y centralista.
El sapa inca.
El hijo del sol era la máxima e indiscutida autoridad militar, política y religiosa. Residencia en Cusco. Tomaba decisiones en todos los ámbitos del imperio.
Le asistía un consejo imperial.
Formado por un grupo de nobles y altos funcionarios que asesoraban al Sapa Inca en asuntos importantes.
Los gobernantes de los cuatros suyus
El inmenso imperio inca de cinco mil kilómetros de extremo a extremo y una superficie de un millón ocho cientos mil (1.800.000) kilómetros cuadrados, con una población estimada de diez millones de habitantes, estaba dividida en cuatro grandes áreas administrativas, los cuatro suyus.
Al fente de cada de uno de esos territorios había un gobernador que recibían en quechua el nombre de Suyuyu Apu o Apu Kuna, es decir el señor del suyu o los poderosos.
Sobre ellos recaía la responsabilidad de la recaudación de tributos, la administración de justicia y el mantenimiento del orden en su región.
Los cuatro suyus eren Chinchaysuyu (norte), Antisuyu (este), Contisuyu (oeste) y Collasuyu (sur). En este enlace se da una descripción muy adecuada de los cuatro suyus.
Tokrikoq («el que todo lo ve»)
Supervisor del Estado designado por el inca para controlar a los curacas (ver a continuación), asegurar el pago de los tributos y vigilar el correcto desarrollo de los trabajos comunitarios. (Ver la mita)
Funciones principales
Controlar a los curacas
Supervisaba a los jefes locales (curacas), que eran los encargados de la administración cotidiana de los ayllus.
→ Si un curaca era desleal o ineficaz, podía ser destituido.Supervisar los censos
Verificaba los registros de población y producción, ya que todo estaba planificado (número de habitantes, edades, fuerza laboral disponible, etc.).Fiscalizar la mita
Comprobaba que los tributos en forma de trabajo (mita) se cumplieran correctamente y sin abusos.Control de los depósitos estatales
Inspeccionaba los almacenes (qollqas) donde se guardaban productos redistribuidos por el Estado (alimentos, textiles, armas…).Garantizar justicia y equilibrio
Podía resolver conflictos y actuar como juez. Si encontraba corrupción o negligencia, informaba directamente al Inca.Informante directo del Sapa Inca
Reportaba lo que sucedía en su región directamente a Cuzco, actuando como ojos del Inca en todo el territorio.
El Curaca
En el imperio incaico, jefe o gobernador de un ayllu.
«el curaca organizaba las tareas agrícolas, hacía de juez y consejero, administraba los bienes y dirigía rituales y ceremonias»
Las obligaciones de los curaca eran velar por el rendimiento del trabajo de sus sujetos y controlar la entrega del tributo, del que debían rendir cuentas personalmente al Inca en el Cuzco periódicamente, entregando ellos mismos los artículos suntuarios procedentes de su localidad. A cambio recibían a su vez regalos del soberano, objetos preciosos procedentes de otras partes del Imperio a los que de otra forma no tendrían acceso, yanas para su servicio y concubinas procedentes de los Aclla huasi. De esta manera se establecía a través de la redistribución de bienes, una comunidad de intereses con los señores locales cuya lealtad era necesaria para el Inca. Lealtad y colaboración que se aseguraban, también, valiéndose del sistema de retener en la capital del Imperio, en calidad de rehenes a los hijos de los curaca que en su día habían de suceder a sus padres en el gobierno de las comunidades. Así, centralizando y unificando viejas tradiciones y superponiendo a ellas un engranaje de mecanismos burocráticos complejos, los Incas consiguieron mantener la unidad política de su Imperio
Las mujeres podían ejercer esa función de gobierno.