DOS INTENTOS FRACASADOS.
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ToggleIntroducción y algunas notas.
No se conocen los motivos (además de la natural curiosidad humana y la inherente inquietud de los españoles de la época) que impulsaron a buscar nuevos territorios. Se especula con la idea no confirmada de que a Cuba llegaron canoas con indios en misión informativa, quizás de origen maya o azteca que deseaban confirmar o desmentir, las por otra parte inquietantes, cuando no terribles noticias que llegaban del Caribe. Es una especulación.
Antes de Cortés dos fueron los que lo intentaron: Francisco Hernández de Córdoba y Juan de Grijalva.
Del primero, diremos que no debe confundirse con el otro Hernández de Córdoba, fundador de Nicaragua. al que el ínclito Pedrarias Dávila ordenó decapitar. Del segundo que fue uno de esos casos en el que intentar hacer las cosas bien, no sólo no fue reconocido como mérito, sino que además mereció todo tipo de desprecios.
Ambas expediciones, como más adelante la de Cortés, parten de Cuba, de la que era gobernador Diego Velázquez de Cuellar. Por ese motivo no es ocioso enlazar con los temas correspondientes que tratan de dicho personaje y de dicho territorio. Aquí se expone la gobernanza de las Indias y en este otro nos enfocamos en Cuba.
Francisco Hernández de Córdoba.
La expedición la completaron Lope Ochoa de Caicedo y Cristóbal de Morante.
Año 1517
La marca de agua de la imagen hace de crédito. El enlace es el que se coloca aquí.
El objetivo declarado era encontrar esclavos, según las Casas, pero, según Bernal Díaz del Castillo pronto se reorientó «a buscar y descubrir nuevas tierras, para en ellas emplear nuestras personas»
Se fletaron tres naves. El piloto principal era el muy experimentado y de muy alto nivel técnico, Alaminos. Entre los expedicionarios señalaremos a quien habría de ser un gran cronista: Bernal Díaz del Castillo.
La primera etapa concluyó en el desembarco en una isla que llamaron Isla Mujeres, por encontrar templos con numerosas estatuas de mujeres con los senos descubiertos.
La siguiente fue el arribo a lo se llamaría Yucatán, que en ese momento se creía una isla. Lo hicieron en el todavía hoy llamado cabo Cachote que no es sino la deformación del lugar al que les dijeron los naturales que habían llegado «ecab cotoch» y cuya traducción aceptada podría ser «somos de Ecab».
La convivencia con los decadentes mayas del momento no fue mala, aunque al adentrarse en el interior en una expedición de reconocimiento fueron atacados por guerreros ¿mayas?. Se dice que es este primer enfrentamiento se efectuó el primer disparo de pólvora en Mesoamérica, hoy Mexico. También anotamos que en ese combate habrían de morir dos españoles, los primeros, a su vez en suelo «mexicano».
En una tercera etapa llegaron a una ciudad con abundantes pirámides a la que llamaron «Gran Cairo», si bien Hugh Thomas en su «Conquista de Mexico» anota con sorna que ninguno había conocido el Cairo. Aquí se establecieron por un tiempo que se debió hacer largo para los naturales, alimentar a una tropa de ciento y pico de soldados es sin duda alguna tarea gravosa. Les pidieron que se marcharan. Añadamos que los españoles llevaron con ellos a dos mayas con el propósito de que les sirvieran de lenguas, es decir de intérpretes. Se llamaron Melchorejo y Julianillo.
Después de pasar por Campeche se llega a la última etapa de esta expedición, Champotón (Ver mapa más arriba). Aquí los españoles se encontraron con una población maya que no vio con buenos ojos sus intentos de cargar agua para los barcos. Téngase en cuenta que en Yucatán el agua no es abundante y por tanto es un bien escaso. Los mayas emboscaron en la playa a los castellanos que sufrieron numerosas bajas entre muertos, (veinte) y heridos, (muchos más). El mismo Hernández de Córdoba fue herido y de esas heridas le llegó la muerte en Cuba (en Sancti Spiritus, probablemente) a la que regresó para informar a Diego Velázquez de Cuellar. Éste le comentó que pensaba repetir la intentona.
Juan de Grijalva, el sobrino de Diego Velázquez.
Puede leerse un texto más detallado de esta expedición en este enlace.
Enero 1518. El segundo intento.
Otra vez Alaminos sería el pilo principal.
Como lugartenientes encontramos a Pedro de Alvarado, Francisco de Montejo y Alonso de Ávila, de los que se hablará más adelante, más del primero.
Acompañaba el licenciado Juan Díaz, capellán y cronista.
Julianillo y Melchorejo eran los desgraciados lenguas que les habrían de servir de intérpretes.
La marca de agua sirva de crédito. Como en el caso anterior enlazamos con la página
La nueva expedición se puso en marcha por impulso de Diego Velázquez de Cuellar quien entendió lo importante que había sido la anterior campaña de Hernández de Córdoba, aunque a la postre fuera una expedición fracasada.
Lo conformaron cuatro barcos mejor armados que los de Hernández de Córdoba.
No se conservan las instrucciones exactas que el Diego Velázquez diera a su sobrino Grijalva, mas éste siempre actuó en la convicción de que no tenía derecho a «poblar».
Su primera escala fue la isla Cozumel, derivación o deformación de la palabra maya Ah-Cuzamel-Peten, isla e las golondrinas. Isla sin rios donde el agua se obtenía de pozos. También importante centro de peregrinación religiosa.
Julianillo hizo de intérprete no muy exitoso, según dicen los historiadores. Pidió oro que los mayas de Cozumel le dijeron que no tenían.
Los españoles se aprovisionaron de alimentos y agua y siguieron expedición.
La segunda escala en el viaje de Grijalva, tomándonos una libertad literaria, podemos llamarla Champotón 2. Estrictamente no ocurrió en el desgraciado Champotón de Hernández de Córdoba, aunque si muy cerca. Como la vez anterior hubo un enfrentamiento con los indios, con muertos (el muerto español fue Juan de Guetaria, a decir de los cronistas) y heridos (entre ellos Grijalva) pero una mezcla de sensatez por ambas partes hizo que los españoles levaran anclas y los mayas de la zona dejaran de atacar.
Siguieron una serie de escalas, como «Puerto Deseado», Rio Tabasco, ahora llamado rio Grijalva, estancia tensa con los mayas chontales de Tabasco. Pero a nosotros nos interesa centrarnos en los acontecimientos de la región de los totonacas, que por motivos de comprensión y resumen diremos arbitrariamente que esta es la tercera etapa del viaje de Grijalva.
La relación con los totonacas fue de extrema amabilidad, más por parte de los naturales. Estos, que estaban bajo control mexica y siempre a un paso de la rebelión, seguramente vieron en los castellanos unos potenciales aliados que les quitaran el yugo mexica. Los españoles, por su parte, apreciaron el oro que estos les ofrecían. Es muy importante señalar que en esta región totonaca los castellanos establecieron contacto directo con los mexicas por primera vez, como nos informa Hugh Thomas en su «Conquista de Mexico» pág. 171. un emisario/espía/comerciante conoció a los españoles e informó a Moctezuma II, el joven.
Los capitanes de Grijalva le insistían en que «poblara», a lo que que éste siempre se negó alegando que no se le había concedido esa prerrogativa. Uno de los que más insistía y que además estaba absolutamente descontento con los resultados de la expedición, era Alvarado. Grijalva mandó de regreso precisamente a Alvarado para que informara y mostrara los tesoros entregados por los naturales a Diego Velázquez. Además de ese recado, Alvarado ya tuvo buen cuidado en explicar la ineptitud de Grijalva como expedicionario.
A su regreso a Cuba, Grijalva fue reconvenido por su tío Diego Velázquez. Reproches injustos pues Grijalva fue prudente, descubrió cosas muy interesantes y a fin de cuentas cumplió las órdenes e indicaciones. Como apunta Hugh Thomas, seguramente Diego Velázquez esperaba más iniciativa y que entendiera lo que implícitamente se esperaba de él, que dejara sutilezas diplomáticas a un lado y fuera un conquistador como los demás.
Pronto tendría Diego Velázquez de eso en abundancia y no habría de gustarle. Se llamaría Hernán Cortés.
UN RESUMEN.
Se trata de dos expediciones que fueron calificadas de fracasos. En ninguna se obtuvieron ganancias materiales significativas (léase obtención de oro) ni territoriales.
Sin embargo la perspectiva que da el tiempo transcurrido nos permite matizar mucho ese juicio. Se obtuvieron importantes conocimientos geográficos y se consolidó la idea de que existía un gran, rico y poderoso imperio. Todo eso sería muy bien aprovechado por el tercer protagonista de esta historia, haciendo bueno eso de que a la tercera va la vencida.