Imagen de un wey tlatoani generada por IA.
ESTRUCTURA SOCIAL DE LOS MEXICAS
Índice del contenido
ToggleNota aclaratoria.
La descripción que se hace en este capítulo de la sociedad mexica, corresponde a la que vieron y analizaron los españoles en el periodo inmediatamente posterior a la conquista de Hernán Cortés. Se trata de una sociedad rígidamente estamental con grupos estancos. No siempre fue así, la sociedad mexica anterior a Tlacaelel el Cihuacóatl (véase «Historia de los mexicas«) mostraba caracteres, por decirlo en términos modernos, democráticos. La clase popular de los macehuales (ver más abajo), podía nombrar al tlatoani además de otras prerrogativas que determinaban niveles de igualdad satisfactorios. esto empieza a debilitarse con Tlacaelel, fue haciéndose progresivamente más rígida y en el reinado de Moctezuma II alcanzó formas casi paroxísticas.
Lo que sigue, por tanto, es esa sociedad que encontraron los españoles en la segunda década del siglo XVI
La estructura social básica desde el punto de vista territorial era el Altépetl. No hay una traducción automática para este término. que estrictamente significa «tierra y agua». Términos como ciudad, ciudad-estado, señorío, reino, se aproximan al concepto de Altépetl.
De esta manera establecemos Altépetl como el territorio y Tlatocayotl, como forma de gobierno.
La mexica era una sociedad estrictamente estamental con grupos sociales estancos y prácticamente nula movilidad social, siendo que en el grupo social donde se nacía ahí se moría. Destacar en actos bélicos, era quizás el único trampolín de ascenso. Igualmente era posible descender en la estructura social por actos especialmente reprobables. Conformaban el estrato aristocrático los siguientes elementos.
La aristocracia o los Pipiltin
Pipiltin (nobles) adquirían esta condición de forma hereditaria, tanto por via paterna como materna. Son, siguiendo la mitología mexica, los ayudantes del dios de la lluvia Tlaloc.
Dentro de la casta nobiliaria encontramos los siguientes grupos.
El Tlatoani
Máxima autoridad, equivalente al monarca o rey europeo. Literalmente se traduce por «el que habla». Su autoritas y potestas derivan directamente de los dioses. podríamos decir que los mexicas consideraban a su tlatoani un ser de carácter medio divino.
En este enlace de la Wikipedia de da, además de una descripción del tlatoani, la lista completa de los mismos.
El Cihuacóatl.
Literalmente «mujer serpiente»
Es el juez del Altépetl y el lugarteniente del Tlatoani. Sustituye a éste cuando falta. Puede ejercer también como el estratega militar. La revista que enlazo da más detalles específicos sobre este personaje.
Como curiosidad la historia mexicana de «la llorona», tiene origen en esta diosa.
El Huitzncahuatlailótlac y el Tizociahuácatl
Eran jueces principales que debían dirimir disputas entre los nobles, entre los comunes y entre ambos estratos cuando esta situación se presentaba en raras ocasiones.
Los guerreros o militares.
En este grupo noble encontramos a Tlacochcálcatl, tlacatécatl, Guerreros águila o tlequihuaque, un subgrupo de estos últimos son los Guerreros rapados o quaquachtin.
Cuauhpipiltin o «nobles águila»
Se trata de guerreros macehualtin, es decir pertenecientes al estrato popular (ver a continuación) que habían ascendido por actos de valor.
Véase también «El ejército mexica»
Los sacerdotes.
Eran ascetas célibes altamente considerados en la sociedad mexica, que por supuesto ocupaban un lugar muy elevado en la estructura piramidal de esta cultura.
El imperio mexica estaba profundamente estructurado en torno a la religión, y los sacerdotes eran los intermediarios entre los dioses y el pueblo. Los templos y rituales estaban al centro de la vida pública, y los sacerdotes eran quienes se encargaban de llevar a cabo las ceremonias religiosas más importantes. Aunque podían provenir de cualquier clase social, la mayoría lo eran de la clase o estrato noble. Ampliaremos este campo en la sección dedicada a religión de los antiguos mexicas.
En la sociedad mexica prehispánica, los sacerdotes desempeñaban un papel fundamental en la vida religiosa, social y política. Eran ellos los que marcaban el ritmo diario de cada jornada. Al salir el sol se tocaba con fuerza el enorme parche del tambor del templo de Quetzalcóatl, así comenzaba el día para la gente de Tenochtitlan y las demás localidades del Valle de México. Con el primer toque, los sacerdotes de los monasterios y las madres de cada familia, en cada hogar, hacían la primera ofrenda de copal. Los tambores volvían a oírse a media mañana, a mediodía, a media tarde y al ponerse el sol. Con el tañido del crepúsculo se levantaban los puestos de mercado y la gente regresaba a casa. También durante la noche continuaban las señales sonoras, producidas por trompetas y flautas que los novicios y sacerdotes tocaban desde lo alto de montañas y templos. Las señales sonoras, emitidas desde el templo Mayor y repetidas en otros templos, marcaban la presencia de la autoridad central en la vida de las ciudades.
Una descripción más detallada podemos encontrar en el enlace de esta misma página dedicado a la religión de los mexicas en su apartado específico de los sacerdotes.
El estrato popular o de los comunes, llamados Macehualtin
Los macehuales, los agricultores
Vivían en calpulli (similares a barrios, pero algo más que un barrio) que eran dirigidos por un Pilli y un consejo de ancianos Macehualtin. El líder de este grupo de ancianos era el calpolec o calpullec y entre sus tareas se encontraba administrar las tierras del calpulli, así como su producción, reparto, la entrega de tributos etc.
El calulli y la guerra eran el horizonte del mexica común que tenía una vida de dureza muy semejante a la del europeo del momento.
Los agricultores eran responsables de producir los alimentos básicos, como maíz, frijoles y chiles, que constituían la base de la dieta mexica. Esto no solo aseguraba la subsistencia de la población, sino que también sostenía a las clases gobernantes, guerreros y sacerdotes. Sin la labor agrícola, la sociedad mexica no habría podido prosperar.
Base de la economía
La agricultura era la columna vertebral de la economía mexica. Los productos agrícolas no sólo alimentaban a la población, sino que también se intercambiaban en mercados y eran objeto de tributos. Los agricultores contribuían al sistema económico mediante la producción de excedentes, que se podían usar para el comercio o para el pago de tributos al estado.
Los calpullis (comunidades o clanes), a los que pertenecían muchos agricultores, tenían la obligación de proporcionar productos agrícolas, bienes manufacturados y, en algunos casos, trabajo o servicios al Estado o a las élites gobernantes. Los productos que se entregaban en tributo eran variados, pero el maíz, frijoles, chiles y otros productos agrícolas esenciales estaban entre los más comunes.
Participación en rituales y festividades
Los agricultores tenían un papel importante en las ceremonias religiosas y festividades. Por ejemplo, muchas de las celebraciones estaban relacionadas con el ciclo agrícola, como la siembra y la cosecha. Los agricultores ofrecían sus productos a los dioses en agradecimiento y realizaban rituales para asegurar buenas cosechas. Esto reforzaba su conexión con la religión y la cosmovisión mexica.
Estructura social y organización comunitaria
Los agricultores formaban parte de una estructura social jerárquica, donde existían diferentes niveles de agricultores. Algunos eran campesinos libres, mientras que otros podían ser peones o trabajadores en tierras de nobles. La organización comunitaria era clave en la agricultura, ya que muchas actividades se realizaban en conjunto, como la siembra y la cosecha, fomentando la cooperación y el sentido de comunidad.
Educación y transmisión de conocimientos
Los agricultores no solo trabajaban la tierra, sino que también eran portadores de un vasto conocimiento sobre técnicas agrícolas, cultivos y el uso de las tierras. Esta sabiduría se transmitía de generación en generación, asegurando que las prácticas agrícolas fueran adecuadas a las condiciones locales y a los ciclos naturales.
Papel en la guerra
La agricultura también tenía un papel indirecto en la guerra. Los agricultores podían ser reclutados para servir en el ejército, y su producción de alimentos era crucial para sostener a las tropas. En tiempos de guerra, la capacidad agrícola de una región podía determinar su capacidad para resistir o apoyar campañas militares.
En resumen, los agricultores en la sociedad mexica desempeñaban un rol multifacético que abarcaba desde la producción de alimentos hasta la participación en la vida religiosa y comunitaria. Su trabajo no solo era vital para la supervivencia diaria, sino que también era fundamental para la economía, la cultura y la organización social del imperio mexica. Esto demuestra cómo cada grupo social, incluidos los agricultores, tenía un papel importante en la compleja estructura de la civilización mexica.
La casa de los macehuales y aspectos de su vida.
Era de paja y adobe, de una sola planta y pintada de blanco, con un hogar, una estera para dormir y una figura hecha de barro de la diosa de la tierra, Coatlicue. No conocían las chimeneas.
Un campesino mexica se alimentaba de maíz, la base de la alimentación, que tomaba en forma de tortas o tortitas. En su dieta también se incluían frijoles, comadrejas, serpientes de cascabel, saltamontes, iguanas, gusanos. La carne podía venir de los perros y de los venados, bien que no entraba sino en días festivos. Es decir un mexica del común, se alimentaba mejor que un europeo del común.
Las ocasiones importantes de la vida, nacimiento-bautismo, embarazo, matrimonio, muerte, eran celebradas con cantos y bailes.
Las bebidas alcohólicas, es decir el pulque, estaban prohibidos. Incurrir en una segunda borrachera era castigado con la muerte. Sin embargo al anciano mayor de setenta años y con nietos, se le permitía un uso generoso del pulque.
La delincuencia era muy escasa y esto no se explica exclusivamente por las duras leyes que castigaban sin contemplaciones a los infractores sino también porque el mexica estaba muy identificado con la sociedad en la que vivía. Estos castigos también se aplicaban a los niños a partir de los nueve años, así un infante especialmente desobediente o irrespetuoso era atado por los brazos y se le arrojaban espinas de maguey a la espalda.
El matrimonio era una institución altamente valorada y protegida. La monogamia era la norma si bien el tlatoani y ciertos ciudadanos que habían prestado grandes servicios al Estado, mantenían concubinas. El adulterio era una grave infracción y se castigaba con la muerte de ambos.
Es muy importante señalar, para conocer los aspectos más destacados de la cultura mexica, que el individuo prácticamente no existía fuera de la comunidad y de su comunidad.
Pochtecas.
Este estrato «popular», vivía en el calpulli mas rico de la ciudad, llamado Cueopan.
Ellos eran comerciantes que abarcaban grandes extensiones territoriales y usualmente comerciaban en plumas de aves tropicales, oro, turquesa, conchas, jade, granos de cacao y pieles de animales exóticos. Su influencia en la sociedad era tan grande que su clase, personificada en el pochtecaltlatoque era la encargada de administrar justicia comercial. Se trataba de un cargo hereditario.
Estos comerciantes, pochtecas, recorrían largas rutas comerciales que incluso iban más allá de la zona maya, hasta Centroamérica, con el fin de traer o intercambiar productos para comerciar en los mercados o tianguis.
No era raro que fueran los ojos y oídos del tlatoani, es decir entre sus funciones se encontraba dar información y espiar.
Los artesanos
Como los pochtecas, aunque pertenecían al estrato popular, eran muy apreciados. Entre ellos el colectivo de los «plumajeros» gozaba de gran prestigio.
Dedicamos un apartado extenso a la cerámica en el arte y cultura de los mexicas al comentar la cerámica mexica.
Los mayeques o siervos sin tierra.
Los mayeques (también llamados mayequeh en náhuatl) eran una clase de campesinos en la sociedad mexica que se encontraban en una posición social baja. No eran esclavos, (ver más abajo) pero sí eran considerados siervos sin tierra, lo que los obligaba a trabajar en tierras ajenas, generalmente las pertenecientes a la nobleza o a instituciones como los templos. Aquí te doy un resumen de sus características más relevantes:
Condición social: Los mayeques estaban en una posición inferior a los campesinos propietarios de tierras (macehuales). Aunque no eran considerados esclavos, su condición los hacía depender del tecuhtli (noble o señor) para el que trabajaban.
Trabajo agrícola: Los mayeques trabajaban las tierras que no les pertenecían a cambio de un porcentaje de la cosecha o de protección, aunque la mayor parte de la producción era destinada al noble propietario. Además de trabajar la tierra, a veces realizaban tareas adicionales como la construcción de obras públicas o el mantenimiento de sistemas de riego.
Relación con el Estado: Aunque estaban vinculados a un noble o a una institución, los mayeques no eran completamente libres. Estaban sometidos a diversas cargas tributarias y también se les podía pedir que participaran en el tributo que el Imperio mexica exigía a los pueblos que dominaba.
Movilidad social limitada: La posibilidad de mejorar su condición social era casi inexistente. Los mayeques vivían en condiciones humildes, y su estatus era hereditario, por lo que sus hijos solían heredar su misma posición.
Protección: A pesar de su condición de siervos, tenían ciertos derechos. El señor o institución para la que trabajaban estaba obligada a brindarles protección y sustento en caso de que no pudieran trabajar por alguna razón, como enfermedades o eventos climáticos que afectaran la producción.
Los Tlacotin
Se asocia este término a «esclavitud» pero no debemos entenderla al modo clásico. En esta sección iremos describiendo sus peculiaridades.
Nadie nacía esclavo, era por tanto una cualidad adquirida, nunca heredada.
Eran individuos que habían cometido algún crimen o no eran capaces de pagar sus deudas, o habían perdido apuestas y también los hijos podían adquirir tal condición de tlacotin si mantenían una conducta indecorosa hacia sus padres y estos los denunciaban.
Un tlacotin se encontraban forzado a trabajar sin recibir remuneración e incluso en esto podía tener excepciones, pues en algún caso recibían un pecunio. Esto era lo más cercano a esclavitud que existía en la sociedad mexica. Sin embargo, la diferencia entre un tlacotin y un esclavo (en el sentido tradicional) es que un tlacotin podía revertir a su situación anterior de libertad después de haber pagado su deuda. Esto era parte del sistema judicial mexica, un sistema en el que no existían las cárceles. No es menos llamativo que el tlacotin podía a su vez tener sus propios sirvientes.
Los tlacotin podían ser vendidos aunque siempre con el consentimiento de ellos mismos.
La libertad podía recuperarse si el tlacotin demostraba malos tratos de su amo, si el tlacotin tenía algún hijo con el dueño o dueña. Otra manera era pagando sus deudas. Un tlacotin podía recuperar su libertad a la muerte del amo si se consideraba que había sido un buen sirviente. Otra manera de alcanzar la libertad era escapar tres veces y presentarse en el mercado, donde nadie podía devolverlo a su amo. También adquiría la cualidad de libre si conseguía refugiarse en un templo. A fin de evitarlo se les colocaba un collar, que no solamente les identificaba como tales sino que además los dos brazos que sobresalían les impedían introducirse en los templos. (ver imagen)
Este dibujo está tomado del blog casamejicu.com
Entre las formas que tenían los tlacotin de alcanzar la libertad, la más curiosa (desde nuestra mentalidad) es cuando conseguían pisar una hez humana en un mercado. La razón detrás de esta particular regla tiene que ver con la creencia de que el mercado era un lugar sagrado para el intercambio económico y social, por lo que un acontecimiento tan impuro como pisar excremento era considerado un signo del destino, algo que rompía el «orden» del día a día y justificaba una liberación.
Entre los trabajos propios de estos individuos, se encuentran los lógicos en una sociedad agraria, pero merece la pena señalar que constituían el grueso de los tamemes o cargadores
No es correcta la opinión de que los tlacotin eran habitualmente enviados como víctima de sacrificio ritual. Podían darse casos individuales en los que el dueño ofrecía al esclavo pero entran en ese apartado de la excepcionalidad.
Rol de la mujer en la sociedad mexica
Este artículo da muchas pistas para conocer el papel de la mujer mexica prehispánica. Tiene un sesgo un tanto presentista pero también aportes interesantes.
De manera resumida podemos concluir en que:
El papel de las mujeres estaba limitado al hogar donde tejer era una ocupación diaria y muy exigente,. No tenían acceso a posiciones gubernamentales ni militares, sin embargo, podían acceder a puestos administrativos (por ejemplo dentro de un calpulli o mercados) así como a posiciones dentro del sacerdocio.
Raramente podían casarse libremente siendo que «los padres daban marido a las hijas»
No calzaban sandalias al contrario que los hombres.
Las mujeres no estaban excluidas de las prácticas monásticas. Era requisito que fueran vírgenes y bajo pena capital no podían romper sus votos.
A grandes rasgos y con los matices pertinentes, la situación de la mujer mexica era equivalente a la de la mujer europea del momento.