POR QUÉ ACEPTÓ CASTILLA EL PROYECTO COLOMBINO

Introducción

En este tema nos adentraremos en las andanzas de Cristóbal Colón en la Castilla de los Reyes Católicos, de la Universidad de Salamanca, de la guerra de Granada. 

No solamente describiremos los aspectos más decisivos que desembocaron en el primer viaje sino que además intentaremos, siquiera parcialmente, enteder por qué triunfó en Castilla lo que fracasó en Portugal.

Si no desearas leer el texto completo, puedes pasar directamente al resumen, que a modo de apuntes para pricipiantes que no saben nada de la Historia de la América hispana se encuentra más abajo e introducen perfectamente en el tema que tratamos.

Colón llega a España

1485

Sabemos que Portugal rechazó el proyecto colombino en el año 1484. Su esposa Felipa Muniz de Perestrello había fallecido en  algún momento del año 1485, en Roma. 

Colón llega a España (Castilla), ya viudo, a mediados de 1485 con su hijo Diego. Se dirigió hacia Palos de La Frontera. Aquí se hospedó con la familia de su difunta esposa, Filipa Moniz Perestrelo. Sus cuñados eran Pedro Correa y Muliar Perestrelo.

De Pedro Correa conocemos que era un navegante portugués que estaba casado con Isabel Moniz, hermana de Filipa Moniz Perestrelo. Colón se hospedó en su casa cuando llegó a Palos de la Frontera. De Muliar Perestrelo se tienen menos noticias debidamente documentadas.

Colón en el Monasterio de la Rábida.

Monasterio de La Rábida - Wikipedia, la enciclopedia libre

Monasterio de la Rábida en fotografía tomada de la Wikipedia.

Sabemos que Colón se dirigió al monasterio franciscano de la Rábida, con su hijo Diego, donde conoció al fraile Antonio Marchena, el «hermano estrellero«, así llamado por su interés en la astronomía y la observación de las estrellas, que se encontraba en ese momento en función de «Custodio» o «Visitador» según normativa de la orden franciscana. De facto era la primera autoridad del monasterio y como tal permitió la estancia de Colón.

Ha existido confusión entre dos identidades que se unieron por error en una sola, la de Antonio Marchena y la de Antonio Pérez de Marchena. Los enlaces que dejo aclaran esto para quien esté interesado. https://dbe.rah.es/biografias/12930/antonio-de-marchena https://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_de_Marchena

Mucho se habla de ese primer encuentro entre el fraile y el navegante, de las confidencias secretas que intercambiaron, el caso es que Antonio Marchena, el estrellero, un eclesiástico de segundo nivel, se convirtió en el primer valedor de Colón y generosamente envió misivas a personajes que pudieran abrirle puertas ante la corte. La confianza que se estableció entre ambos se demuestra por el hecho de que Colón dejo a cargo del convento a su hijo Diego.

De Córdoba a Alcalá de Henares y una estancia en Salamanca

Año 1486

Colón, muy bien recomendado (como se dice más arriba) viajó a Córdoba donde la corte se había establecido dada la cercanía a Granada con la que los Reyes Católicos estaban en guerra.

Sin embargo, estos decidieron trasladarse, y con ellos la corte, a la ciudad de Alcalá de Henares a donde se dirigió Colón.

Las cartas de recomendación que escribiera Antonio de Marchena «el estrellero» se supone que llegaron tan lejos como a fray Hernando de Talavera, fraile jerónimo y confesor de la reina Isabel e incluso al Cardenal Mendoza.

La audiencia que los Reyes Católicos concedieron a Colón se produjo  el 20 de enero de 1486 en el Palacio Arzobispal, si bien en Alcalá hay una denominada «Casa de la entrevista»

Los Reyes Católicos derivan el proyecto colombino a una comisión, una Junta de Salamanca que presidió fray Hernando de Talavera, que además de confesor de la reina* (como se dijo) era profesor de Filosofía Moral. No se sabe mucho de los componentes de dicha Junta, sí, que entre sus miembros estaba un importante personaje de la época Rodrigo Maldonado de Talavera.

*De este Hernando de Talavera se cuenta que era frontalmente opuesto a la esclavitud y que habiendo regalado el Duque de medina-Sidonia un esclavo negro a la reina Isabel, le aconsejó que no lo aceptara, «pues ningún hombre puede ser dueño de otro hombre, tal sólo a Dios corresponde». Véase la «institución» de la esclavitud:

Durante el tiempo de las deliberaciones Colón se alojó en el convento dominico de San Esteban, en Salamanca y además recibió un estipendio Real de 29.500 maravedís. Colon se reúne con diversos maestros astrólogos, matemáticos y cosmógrafos en este convento de San Esteban.

Es preciso señalar que la Universidad de Salamanca como tal, no participa en la mencionada Junta.

La Junta desestimó la propuesta.

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Fotografía del convento de San Esteban, tomada de la Wikipedia. En realidad se trata del nuevo convento construido sobre el anterior. Bien de interés cultural.

Los difíciles años 1487-1488 en Córdoba

Colón, después del rechazo Salmantino ha de volver a Córdoba en una muy difícil situación económica. 

Fue en Córdoba donde pasó las mayores necesidades y «traía la capa raída», según el cronista Fernández de Oviedo, lo que le obliga a ganarse la vida como confeccionador de «cartas de marear» es decir mapas de navegación  y «libros portulanos», es decir libros que señalaban la posición de los puertos, especialmente en el Mediterráneo, aunque también y en menor medida, en el Atlántico. Incluso debió acogerse a la caridad del Convento de la Merced. 

La hazaña de Bartolomeu Dias de doblar el Cabo de Buena Esperanza a principios de 1488 sumió a Colón en una gran ansiedad. Volvió a escribir a Juan II que se comprometió a recibirle, informó a los Reyes Católicos de tal situación y a estos no les importunó, aparentemente. No conocemos la forma exacta en la que Colón informó a los reyes pero probablemente fue epistolar o por persona interpuesta pues no hay constancia de entrevista alguna de tipo presencial.

Igualmente tampoco hay seguridad definitiva de que Colón viajara a Lisboa, en cualquier caso, sí lo hizo, el resultado tuvo que ser necesariamente negativo.

Relacionado con ese grado de impaciencia, desánimo y falta de resultados, Colón envió a su hermano Bartolomé a las cortes francesas e inglesas a exponer su proyecto, buscando alternativas distintas a las ibéricas.

Beatriz Enríquez de Arana

Durante su estancia cordobesa Cristóbal Colón mantuvo relaciones con Beatriz Enríquez de Arana.

Beatriz tenía unos veinte años cuando se conocieron en una misa dominical en la Catedral. Si damos por buena la fecha de nacimiento de Colón en el año 1451, les separaban más de diez años además de que ella era de origen muy humilde y huérfana.

Beatriz y Colón tuvieron un hijo, Hernando o Fernando a quien el futuro almirante reconoció. Nunca se casaron aunque Cristóbal Colón dio muestras de aprecio, cariño e incluso amor (según algunos autores) hacia Beatriz. A su cuidado dejó a sus dos hijos al partir en su primer viaje. Una muestra de ese aprecio debe considerarse que Diego de Arana, pariente de Beatriz viajara en el viaje inaugural y fuera colocado al mando  de los que quedaron en América. Igualmente al volver de este primer trayecto, asignó una pensión a Beatriz para que pudiera mantenerse.  Finalmente Colón se llevó a sus dos hijos, sin que se sepa que volviera a tener contacto con la cordobesa. En su testamento instó a su primogénito Diego (el hijo de Felipa Muniz) a que cuidara y tratara a Beatriz como si fuera su madre.

Se estima que Beatriz Enríquez de Arana falleció en Córdoba en el año 1521.

Año 1489, una esperanza y una decepción.

Aunque el proyecto colombino estaba en esa fecha realmente estancado y Colón muy desanimado y con serios problemas económicos, todo el trabajo previo de carácter personal, de buscar contactos, dio sus frutos.

Una personalidad tan importante como el duque de Medinaceli, Luis de Cerda, se inclinó a favor de las tesis de Cristóbal Colón llegando a afirmar que estaba dispuesto financiar el viaje atlántico. Es de suponer que la posibilidad de grandes ganancias era un acicate poderoso.

Otras personas tan o más importantes que el citado duque de Medinaceli, (Don Luis de Cerda, ya se dijo) y quizás por su influencia, se mostraron permeables a la tesis del genovés, como el cardenal Mendoza, el contador real Alonso de Quintanilla o fray Diego de Deza, preceptor del príncipe D. Juan. Con estos apoyos, Colón obtuvo una nueva entrevista con los Reyes Católicos en Jaén. En este enlace que se indica, como se pensionó a Colón con 17.500 maravedís, como se promulgó decreto para que se le permitiera alojarse en las poblaciones que atravesaba y como la entrevista con la reina Isabel se produjo en agosto aun cuando Colón llegó a Jaén en junio. Parece ser que la reina se mostró favorable a financiar la empresa  “en acabando la guerra que tenían entre manos” (López de Gómara), siendo que lo que ocurrió es que  “la guerra que tenían entre manos”, que se daba por terminada con la caída de Baza, 4 de diciembre de 1489 habría de alargarse dos años más.

El segundo fraile de la Rábida

El nuevo retraso sumó a Colón en un gran desánimo.

Se dirigió a la Rábida probablemente para recoger a su hijo mayor, Diego Colón Muniz. 

Consolidó la idea de acudir a Francia y presentar allí su proyecto pero un nuevo encuentro personal lo cambió todo.

Allí conoció a Juan Pérez, antiguo confesor de la reina Isabel con quien estableció una amistad profunda.

La misiva que este fraile envió a la reina Católica fue determinante para que definitivamente se aceptara la empresa colombina.

No he podido determinar detalles concretos de cómo fue la vida de Colón en esos dos años, todo 1490 y todo 1491, cabe pensar que vivió bajo la protección y auspicio de los monjes del monasterio.

Lo que si es seguro es que el el 17 de abril de 1492 se firmaron las Capitulaciones de Santa Fe. Pero esto lo veremos en la siguiente sección EL DESCUBRIMIENTO. EL VIAJE.

Un pequeño resumen antes de continuar

Creo que está bien que recapitulemos y expongamos esquemáticamente el periplo colombino, previo a intentar responder a la cuestión de por qué Colón triunfó en Castilla.

Año 1485.

Colón llega a Castilla, viudo, recala en la Rábida y conoce al primer fraile importante en su vida: fray Antonio Marchena, el «estrellero» que le recomienda a Hernando Marchena, confesor de la reina Isabel.

Año 1486

De esa recomendación resulta una entrevista, con los Reyes Católicos en Alcalá de Henares  el 20 de enero de 1486. Los reyes disponen que se forme una junta presidida por el propio Marchena que da una opinión desfavorable al proyecto colombino.

Años 1487-1488

Son años difíciles desde el punto de vista económico. Colón ha de vivir elaborando «cartas de marear» y «libros portulanos».

Conoce a Beatriz Enríquez de Arana con quien tiene a su segundo hijo, Fernando o Hernando.

Año 1489.

La mediación de un personaje tan importante como el duque de Medinaceli,  Luis de la Cerda, es decisiva para un segundo encuentro con los reyes en Jaen. Las buenas perspectivas se ven truncadas por el alargamiento de la guerra de Granada.

Años 1490-1491

Un Colón muy desanimado regresa a la Rábida para recoger a su hijo Diego, el mayor, y después partir a Francia a exponer su proyecto.

Sin embargo el encuentro con el que sería el segundo fraile importante en su vida, Juan Pérez, antiguo confesor de la reina Isabel, cambia los planes de Colón. Juan Pérez, escribe directamente a Isabel y ….

Así pues y a modo de ultra resumen: Antonio Marchena, «el estrellero»; Hernando de Talavera, confesor de la reina en el momento de los acontecimientos; Juan Pérez, antiguo confesor de la reina. Estos son los tres frailes implicados directamente en esta historia. Terminemos con esta frase del almirante sobre los frailes cuando comentaba los rechazos que sufrió su proyecto: «todos a una mano lo tenían a mano, salvo los dos frailes que siempre fueron constantes»

Por qué triunfó Colón en Castilla.

Es evidente que no podremos responder de manera indubitada a esta cuestión, sino que nos habremos de conformar con aproximarnos al personaje. En este caso, además, señalo que voy a romper mi firme propósito de ser un mero intermediario entre la historia y ustedes, amables lectores. Me arriesgaré a dar mi opinión personal.

Analizaremos la personalidad de Colón y analizaremos, igualmente,  algunas circunstancias o casualidades realmente asombrosas.

La personalidad de Colón.

Transcribiré las opiniones de Bartolomé de las Casas sobre Cristóbal Colón, a quien no conoció personalmente. Aun así para muchos historiadores americanistas, este controvertido fraile es un elemento indispensable para conocer el periodo objeto de nuestra atención:

Decía Bartolomé de las Casas

«Fue el Almirante de buena estatura y de muy buena apariencia, el rostro largo y la barba entera, grande y rubicunda. De ánimo alto, de gran ingenio y de memoria viva y vehemente, de insigne laboriosidad, sufrimiento y paciencia, muy humano y muy benévolo para con los extraños, dulce y apacible para los domésticos y familiares, de muy agradable conversación, afable con los suyos, agudo y atento en todo negocio de gobernación y de justicia».

«Fue Cristóbal Colón hombre de gran arte y saber en la navegación, asaz experimentado en la cosmografía y otras ciencias tocantes al arte de la navegación, y hombre de grande esfuerzo y valentía en el ánimo y de gran constancia y persuasión en las cosas que le ocurrían».

Y fue tan firme y perseverante en su propósito y en su esperanza de lo descubrir, que de ninguna manera, con ningún trabajo ni fuerza que se le ofreciese, pudo ser vencido para dejar de intentar e irse tras de él hasta que lo descubriese, que así Dios le movió y sosegó y fortificó en su ánimo y corazón».

Gonzalo Fernández de Oviedo, otro historiador cercano cronológicamente al descubridor, escribió así

«Era el dicho Almirante Cristóbal Colón hombre de mediana estatura, bien membrudo y el rostro algo largo, la nariz alta y los ojos vivos y hermosos, los cuales después que era de edad de treinta años, se le comenzaron a poner muy canos.»

«Este insigne varón, de ánima grande y deseosa de gloria, halló esta gran parte del mundo y merece perpetua memoria y mucha honra por ello; mas algunos de sus hechos fueron tales, que no se puede decir que le fue tan próspera la suerte después del descubrimiento.»

«Descubrió estas tierras nuevas con tan gran trabajo y peligro de su persona y con la muerte y enfermedad de muchos de los suyos, y los indios padecieron mucho a causa de su llegada, que ni después se ha dejado de hacer con ellos mucha crueldad y en ellos grandes trabajos, y ellos han muerto a muchos españoles en venganza de sus agravios.»

«Fue hombre de gran esfuerzo y valentía y de ingenio y ánimo para acometer grandes cosas y sufrir grandes trabajos y peligros, y tuvo de la suerte que, en las mayores adversidades, no perdió la esperanza», no sólo no perdió la esperanza, sino que siempre manifestó una fe ciega en su proyecto, en que las Indias estaban a 750 leguas marinas.

Si hacemos un repaso de los dos autores encontramos como denominador común, en lo que se refiere a Colón, su tenacidad sin desánimo y la búsqueda de la fama y de la gloria. 

Le adornaba también el arte de la persuasión y casi con seguridad se le puede calificar de persona carismática. Para algunos autores, esta capacidad de persuasión es simplemente una expresión de que Colón es un «redomado embustero» (Eslava Galán, «El enigma de Colón y los Descubrimientos de América, editorial Planeta)

Añadamos que, según otros autores, fue Colón hombre sinceramente religioso e igualmente convencido de estar destinado a grandes cosas. Calificarlo de egocéntrico o simplemente egoísta no parece exagerado.

Entonces ¿dónde está la clave del triunfo colombino en el reino de Castilla?

Aquí entramos en un terreno con pocas certezas, especulativo y en el que doy mi opinión, cuyo valor es ciertamente escaso.

Los errores técnicos de la empresa eran los mismos en Portugal que en Castilla, y en ambos lugares fueron detectado y puestos a la luz.

Sin embargo Castilla tenía en fase muy inicial su proyecto atlántico, en contraposición a Portugal que seguía una carrera avanzada y marcadamente exitosa. La posibilidad de que Castilla alcanzara a Portugal era muy escasa y en ese sentido, una alternativa, por improbable que pareciera, era digna de tenerse en cuenta.

Otro punto, que enlaza con el anterior, es el que la corona arriesgaba muy poco. Digamos en frase popular, poco que perder y mucho que ganar. Mientras que Portugal se distraía de un proyecto encarrilado para abrazar otro que podía calificarse de descabellado. En Castilla no había proyecto del que distraerse, bueno, sí había un proyecto, la guerra de Granada, del que los Católicos no quisieron nunca distraerse.

Se dieron unas casualidades realmente asombrosas: un fraile estrellero que estaba en el monasterio de paso y que un retraso o un adelanto en las fechas le hubiera impedido que Colón y Marchena se conociera. Vale decir lo mismo del otro fraile, Juan Pérez, nada menos que antiguo confesor de la reina Isabel, con quien tenía línea directa. Estos fueron de los que Colón  habría de decir «…salvo los dos frailes que siempre fueron constantes» en aquellos momentos esa recomendaciones tenían un gran peso, tan grande como el atribuido a la Iglesia.

Ciertos historiadores «providencialistas» han querido ver en esas coincidencias la mano divina, el destino reservado a España como evangelizadora de medio mundo (como realmente lo fue), aunque por supuesto, esa no es mi opinión personal

Finalmente, creo que Colón captó a la perfección los resortes psicológicos de Isabel de Castilla, específicamente su celo religioso y que para esa mujer «extender nuestra santa fe católica» no era asunto menor, al contrario, era asunto de primerísimo orden.

Imagen o idea a recordar

Podemos servirnos del resumen que hemos descrito un poco más arriba como forma de tener una idea, que aunque esquemática sea certera.

Sin embargo una manera de recordar este capítulo es pensar que empieza con un fraile, Antonio Marchena y termina con otro, Juan Pérez.